Tres simples consejos para lograr un sueño reparador

Dormir de forma deficiente causa una sensación de adormecimiento en el corto plazo o puede provocar una mayor presencia de enfermedades y lesiones con el correr del tiempo.

Según los expertos, existen tres simples consejos para que el sueño no nos esquive, y así lograr el tan ansiado descanso.

Los especialistas en la materia, revelan que una persona debe dormir entre 7 y 9 horas para poder renovar energías y afrontar el día siguiente. De todos modos, advierten que no hay un “número mágico” de horas de sueño que permita, ineludiblemente, obtener un descanso reparador.

De todas maneras, y en contraposición, hay certezas sobre qué sucede cuando no se descansa.

Durante el sueño, el cuerpo se “resetea”. Es decir que en ese periodo nuestro organismo afronta una serie de acciones que garantizan los procesos de recuperación. Cuando esto no sucede, existen chances de que surjan problemas tales como: enfermedades cardíacas, disfunción eréctil y un sistema inmunitario debilitado.

Las fases del sueño

Hay cuatro fases de sueño, según enumeran los expertos. En la etapa de sueño profundo, que es la tercera, es donde se dan los mayores beneficios para la salud. Todo el ciclo se repite varias veces en la noche.

Primera etapa: comienza con el dormitar. El cuerpo poco a poco comienza a relajarse, y los movimientos y el cerebro se ralentizan.

Segunda etapa: se inicia el “sueño ligero”. En este momento, la temperatura corporal desciende, se incrementa la relajación muscular y disminuye el ritmo cardíaco.

Tercera etapa: tiene lugar el sueño profundo. Al iniciar esta fase se restaura el cerebro y el cuerpo. Además, se consolida la memoria, se restauran las células y se eliminan las toxinas del cerebro. En caso de que una persona se despierte durante esta etapa, surge la sensación de aturdimiento y desorientación.

Cuarta etapa: en este momento tiene lugar el denominado sueño REM (movimiento ocular rápido). Los sueños, en esta fase, son muy vívidos. En el organismo, los músculos sufren parálisis.

Sueño profundo

La fase de sueño profundo es la que posibilita que, al día siguiente, se pueda enfrentar la jornada, gracias a la sensación de estar descansados. No hay un “número mágico” de horas para alcanzar estos beneficios y tampoco se conocen fórmulas que se puedan aplicar para obtener un sueño más profundo.

De las tres primeras horas de sueño, el profundo se extiende por dos; y es puntualmente en ese momento donde los expertos aseguran que es “más robusto”; siendo que esta fase suele acortarse a medida que transcurre el sueño. Incluso, esta etapa, que varía dependiendo de las personas, puede verse alterada por los fármacos o el alcohol.

Además, durante el ciclo de sueño profundo es cuando se da la hormona del crecimiento, extremadamente importante para los niños y los adolescentes, ya que les permite crecer y desarrollarse. Mientras que en los adultos es la responsable de la juventud y la que permite la recuperación.

Pero eso no es todo, ya que esta fase también es conocida como de ondas lentas y provoca una serie de beneficios en el organismo, tales como: colaborar en la prevención de lesiones y promover su recuperación, fortalecer los huesos y los músculos, y mantiene en funcionamiento el sistema inmunitario.

Cómo dormir mejor: los tres mejores consejos

1- Horario y rutina: para que el organismo adquiera un ritmo, es fundamental acostarse y levantarse siempre a la misma hora.

2- Ejercicio: hacerlo de forma regular permite un sueño reparador. Aunque los expertos advierten que debe realizarse, como mínimo, hasta cuatro horas antes de irse a la cama.

3- Chau siestas: los especialistas aconsejan evitar las siestas, ya que pueden provocar somnolencia. En caso no poder evitarlo, lo más conveniente es reducirlas lo más posible. Con 20 minutos se puede mejorar el estado de adormilamiento y permite mejorar el estado de alerta durante el día.

Falta de sueño: cómo detectarlo y qué secuelas tiene

Más allá de la propia sensación de cansancio, hay algunos aspectos que permiten darse cuenta cuando el descanso no es reparador. Entre los puntos más destacados se pueden enumerar: somnolencia diurna excesiva, tardanza en conciliar el sueño (30 minutos o más), dormirse casi al momento de “tocar” la almohada, despertarse durante la noche y problemas para volver a conciliar el sueño, sensación de estrés o sensibilidad y te sientes desconcentrado durante el día.

Asimismo, los expertos advierten que cuando una persona no descansa lo suficiente se pueden generar distintos inconvenientes. Desde sentir somnolencia al día siguiente en el corto plazo, hasta una aceleración en el envejecimiento, enfermedades, lesiones y una menor capacidad de recuperación, al analizar esta situación en el largo plazo.

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