
El Gobierno argentino decretó siete días de duelo nacional por la muerte del Papa Francisco, el primer Sumo Pontífice argentino y latinoamericano, fallecido este lunes a los 88 años. La medida fue anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni.

Durante el período de duelo, las banderas permanecerán izadas a media asta en todos los edificios públicos del país, en señal de respeto y conmemoración. La decisión oficial refleja la relevancia simbólica y emocional que la figura del Papa tuvo para el pueblo argentino, aunque no se confirmó aún si se declarará feriado nacional.
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La expectativa se concentra ahora en si el presidente Javier Milei decidirá decretar una jornada no laborable, especialmente el día del funeral, que se llevará a cabo esta semana en la Basílica de San Pedro del Vaticano. En 2005, tras el fallecimiento de Juan Pablo II, Argentina no estableció un feriado, pero el hecho de que en esta ocasión se trate de un papa de origen nacional podría motivar una medida excepcional.