Mendoza volvió a emocionarse con el retorno de la Fiesta de la Vendimia al Frank Romero Day

"Milagro del vino nuevo”, con dirección de Vilma Rúpolo y Federico Ortega brilló sobre el escenario

La edición 2022 del Acto Central de la Fiesta de la Vendimia contó con 12 cuadros y giró
en torno de un milagro que guarda un misterio. Y que cada año se resuelve con la aparición de las viñas que reverdecen, con la elaboración del vino nuevo y la realización de una nueva fiesta. En síntesis, es volver al ritual festivo de cantarle al vino, que contiene el sabor de la tierra, la memoria del agua y los sueños de los mendocinos.

La fiesta llegó al corazón de los miles de espectadores que se hicieron presentes en el Frank Romero Day. Un reencuentro que necesitaba de una puesta escena bien lograda.

Quizás una forma de sintetizar la actual edición es como lo expresa el equipo de artistas que este año hacen la Fiesta: “Queremos y celebramos la Vendimia como un milagro. Es la risa, el brindis y el abrazo más sentido que podemos darnos”. Y el milagro apareció con una buena combinación entre estética y sonido atrapante.

En la Obertura, el cosmos inicial, envuelto en brumas, borra los límites entre el espacio
de los espectadores y la escena. Todos participamos en este caos primigenio. Lo inorgánico es protagónico. Y aparece el agua como factor propiciador de la vida. Emerge del desierto la primera flor –obra escultórica de la artista María del Carmen Ramírez–, íntegramente realizada en metal, como elemento intermedio entre lo inorgánico y la existencia.

Con el pasar de los minutos se vieron en el escenario las comunidades del Cuyum, canales, acequias y surcos. Grandes artistas plásticos como Scalco, Bermúdez, Quesada, Roig, Matons, Ceverino plasmados en la estética de las grades pantallas del Teatro.

No faltaron las representaciones a los países de la región, a la música ciudadana, a la electrónica y al rock. Sobre el final el tan esperado malambo, fusionado con el Himno Nacional y el tradicional Canto a Mendoza.

Esta fue la fiesta del reencuentro, de las lágrimas, de la emoción de volver a estar en las gradas y en los cerros. Una hermosa celebración

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