La Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, desde hace tiempo, viene insistiendo e impulsando la construcción ciclovías en diferentes puntos del departamento, a fin de priorizar la circulación de los peatones.
Este tema le ha costado caro al intendente Ulpiano Suarez, que tiempo atrás fue duramente cuestionado por vecinos y comerciantes de la calle Martínez de Rozas, en donde tuvo que paralizar los trabajos que iniciaron en su momento para reducir el ancho y el cordón de la cuestionada obra.
Parece que esas críticas no le bastaron al jefe comunal, y posible candidato a gobernador de la provincia en 2023, que siguió llevando a cabo una tarea similar hacia el norte del Paseo Alameda por avenida San Martín.
Ver: Ulpiano Suarez modificó y paralizó la obra más polémica de la Ciudad de Mendoza
Los comerciantes de ese sector de la Ciudad no quieren saber absolutamente nada con la “novedosa” obra, y así lo hicieron saber.
Si bien es cierto que varios frentistas se quejaron de la poca responsabilidad de los ciclistas que diariamente circulan en la zona, consideran que “es una inutilidad enorme lo que han hecho”.
News Online recorrió la zona, y además de dialogar con los vecinos, observó en el lugar las imprudentes maniobras de ciclistas, automovilistas y hasta de los mismos peatones.
El propietario de una fiambrería ubicada sobre calles Jujuy y San Martín, y que prefirió quedar en el anonimato, fue uno de los tantos que repudió la obra y el uso que le dan las personas que la recorren bicicleta.
“Se van a dar cuenta de lo que hicieron cuando maten a un ciclista”, expresó el comerciante, que además reveló que sus ventas cayeron producto de la obra.
“Algunos clientes dejaron de venir porque no tienen donde estacionar, así nomás te lo digo”, expresó.
Algo parecido reconoció la dueña de la Verdulería 2547. “Las ventas me cayeron a la mitad, la gente no frena porque no tiene a donde dejar los autos”, señaló.
“Me han bajado muchísimo las ventas, vendo la mitad de lo que vendía antes. Hay mucha gente que viene caminando porque es de acá cerca”, expresó la joven, y lamentó que ahora no ingresen a su local “los que antes lo hacían de pasada. No se frenan porque no tienen a donde dejar el auto”.
Melanie Urbina, encargada del almacén celíaco Olive, no ocultó su fastidio y dijo que “es sumamente molesto”.
De todos modos, la joven dijo: “Me pongo del lado de la gente que anda en bici, y entiendo que puede ser un poco más aliviado para ellos”, pero lamentó los problemas que les ha ocasionado a los comerciantes: “Para nosotros esto es un lío”.
Y visiblemente molesta, añadió: “Yo a mi auto lo tengo que dejar a la vuelta, para que los clientes puedan estacionar en el puente”.
Por su parte, el dueño de la panadería y confitería IL Panettiere, Rubén Darío Argumedo, explotó ante la consulta de este diario.
Además de referirse a la imprudencia de los ciclistas en la zona, remarcó que esta obra los ha complicado en demasía.
“Hay gente que viene a buscar sanguches, pernil o cualquier otra cosa y por lógica no se puede llevar todo en la mano, entonces a mi no me queda otra que sacar a una empleada del local para que ayude a la clienta a llevar las cosas”, expresó y fue claro al decir que también perdió clientela.