La realidad de propietarios y trabajadores de transportes escolares: un destrato que duele y preocupa

Propietarios y trabajadores de transporte escolares continúan a la deriva, luego de un 2020 prácticamente sin actividad.

“A nivel nacional  somos 7.500 familias aproximadamente las que nos encontramos desamparadas por completo”, contó Sandra Elizabeth Aznar, propietaria de dos transportes escolares, próximamente de una sola.

“Ahora he tenido que poner en venta una de las camionetas porque al no tener ingresos no puedo pagar deudas y mantener a mi familia”, le confió a MTN la angustiada mujer, que es integrante de la Mesa Nacional.

Las idas y vueltas sobre un posible regreso a las clases presenciales, que terminó dándose a cuentagotas, hizo más larga y pronunciada la agonía de un sector que pide con urgencia que no se los postergue más.

Para colmo de males, una situación que no deja de indignar, pasa por la dilatada contratación y puesta en marcha de los vehículos durante el periodo de cosecha y de labores agropecuarias típicas de nuestra región. Autoridades gubernamentales, enteradas del presente por demás complejo del sector, les aseguraron que podrían tomar “aire fresco” y prestar servicio durante estos meses.

Ver: El Ministerio de Economía provincial propuso a transportistas escolares brindar servicios de traslado para la cosecha

“Nos habían autorizado para trabajar llevando a cosechadores. Tuvimos trabajo dos semanas, pero fue porque había controles, cuándo dejaron de controlar nos quedamos sin trabajo, y continuaron llevando al personal como ganado”, añadió la trabajadora del volante, evidenciando otra falta por parte del gobierno, ya que el traslado de los obreros rurales siempre ha sido un dolor de cabeza.

Es común observar como muchos empleados viajan en condiciones totalmente inseguras, en vehículos que no se encuentran en condiciones, y en muchos casos sin ningún tipo de cobertura ante un posible accidente.

Otro de los datos que sorprende, pero que a la vez preocupa, es que el Gobierno Nacional publicó en el Boletín Oficial, el pasado 4 de agosto de 2020, una compensación económica que deberían llegar a las provincias, para que estas brinden una asistencia a los trabajadores del sector.  Esto tampoco ocurrió, a pesar de que fue votado y aprobado en la Cámara de Diputados y de Senadores de la Nación durante el mes en cuestión.

“Desde el Ministerio de Transporte nos mandan al Ministerio de Educación y de Educación a Transporte. Se pasan la pelota de unos a otros”, explicó Aznar, dando muestras claras que quienes tienen que dar respuestas, parecieran no encontrarlas o no quisieran otorgarlas.

En algún momento, desde el gobierno de Rodolfo Suarez intentaron apaciguar las aguas y les prometieron algunas ayudas. No fue más que otra promesa incumplida.

Nos dijeron que nos iban ayudar pero se fueron en palabras, porque ni la caja de mercadería nos han dado”.

En Mendoza son cerca de 700 los transportes habilitados, y quienes por estas horas tienen hacer prácticamente malabares para cumplir con obligaciones como seguro, mantenimiento lógico de los vehículos, patentes y un sinfín de impuestos que no esperan, sino que apremian.

Con una situación epidemiológica que pareciera complicarse cada vez más, no solo en nuestra provincia, sino que en todo el país, lleva los referentes del sector a seguir reinventándose o a directamente a dejar de lado dicha tarea.

En el hipotético caso de que las clases presenciales regresen durante los primeros meses de este año, podrían lentamente a empezar a ver la luz al final del túnel. Sin embargo, por estas horas las certezas están cada vez más lejos.

“No nos han dicho nada, pero debemos seguir tributando, y sin ingresos”, lanzó la mujer.

Para colmo, si la situación tendiera a normalizarse, se verían obligados a implementar un estricto protocolo que debiera incluir nylon o algún tipo de separador entre los asientos de adelante con los de la parte trasera. Además de la utilización de alcohol en gel y una capacidad máxima del 50% en el transporte, lo que también provocaría una disminución en las ganancias.

“Lo mismo nos exigían cuando empezamos a llevar los cosechadores. Ahora van todos amontonados y no dicen una palabra”, cuestionó la titular de Escolares Elizabeth.

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