Ya hace casi una semana que desapareció el yate en el que viajaban dos argentinos, entre ellos un mendocino, desde México hasta Haití. Por el momento, y según han revelado fuentes oficiales, no hay noticias al respecto.
El padre de Carlos Juárez, el mendocino que iba a bordo del yate, está desesperado por el paradero de su hijo: “Estamos desesperados, necesitamos que todo el mundo siga colaborando en la búsqueda de mi hijo, desde rastrillajes hasta la réplica de las noticias por parte del periodismo”.
El yate “MOI Guadalupe” volvía a su destino inicial cuando, a mitad de camino, perdió todo tipo de comunicación. El último contacto fue cuando salía desde Jamaica, donde se detuvo a cargar combustible.
Desde aquel entonces, la Marina mexicana trabaja con avionetas y embarcaciones a lo largo y alrededores del trayecto que navegaba la tripulación.
De todos, el cónsul argentino en Playa del Carmen, Lautaro Filchtinsky, dijo durante la tarde de este lunes que todavía no hay novedades acerca del paradero, e informó que actualmente se encuentran rastrillando al norte del golfo, mientras la familia del argentino Spasiano -otro de los desaparecidos- lo está haciendo con un avión particular al sur.
“Están trabajando coordinados, buscando en áreas distintas, pero por ahora nada”, dijo Filchtinsky a la agencia Télam en relación a los trabajos que se realizan en la zona.
En este contexto, la familia de Carlos Juárez sostuvo que están barajando la hipótesis de que se trate de un secuestro pirata.
“Lo que sabemos es que pudo haber sido un caso de piratería y que se busque en las costas, porque no ha habido ningún rastro de que el yate se pueda haber hundido, es imposible”, expresaron y afirmaron que están pidiendo ayuda de los Estados Unidos para seguir.
Indicaron que en la zona habría piratas de Haití y Venezuela que retienen embarcaciones y las llevan a las costas, lo que podría haber ocurrido con el yate en el que también viajaba el mexicano Martín Vega Argaez y el cubano Denis Manuel Fernández Díaz.
Finalmente, en diálogo con el diario Los Andes, la familia concluyó: “Es desesperante. Se nos pasan mil cosas horribles por la cabeza, pero igual tratamos de ser optimistas. No le deseamos esto a nadie en el mundo”.
El pedido de ayuda de los Juárez se suma a la desesperación de los allegados de Renzo Spasiano, el compañero con el que viajó para llevar alimentos, remedios y hasta un hospital de campaña.
Con sus propios medios, pagaron un avión para activar la búsqueda, cuando las autoridades no les daban respuesta.
“Hicimos toda la zona en la que podrían estar. Porque hubo un avistamiento de una posible embarcación y seguimos las corrientes marinas y demás pero no hay vestigios de nada. Ahora tenemos que tratar de que Estados Unidos ayude”, coincidieron con los familiares del mendocino.
“Sería importante poder contar con ellos porque hay corrientes que podrían haber terminado en Miami. Esperemos que podamos contar con su ayuda para agilizar aún más la búsqueda”, pidieron.