Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones causadas por bacterias. Sin embargo, en la actualidad existe un grave problema porque los antibióticos se prescriben incorrectamente o se utilizan en enfermedades virales o en otras situaciones que no corresponden tanto para la salud humana como la salud animal.
En España, se detectó que el consumo de antibióticos durante los dos años previos a tener la enfermedad COVID-19 estaba asociado al desarrollo de complicaciones en los pacientes que se contagiaron el coronavirus.
La ingesta de antibióticos los dos años previos a contraer el coronavirus incrementa un 12 % la probabilidad de manifestar la enfermedad con gravedad. Así lo revelan los resultados de un estudio de la Fundación Instituto Universitario para la Investigación en la Atención Primaria de Salud Jordi Gol i Gurina (IDIAPJGol), que ha analizado la relación entre el consumo de estos medicamentos y la gravedad del cuadro en un total de 280.679 pacientes diagnosticados con coronavirus.
Los investigadores estudiaron la gravedad del Covid en pacientes infectados de coronavirus diagnosticados entre marzo y junio de 2020 en Cataluña. De los 280.679 pacientes que fueron diagnosticados con la enfermedad, 146.656 tomaron antibióticos en los dos años previos. De estos, 25.222 presentaron una infección grave (neumonía, hospitalización y muerte) por covid-19 (9 %).
En el análisis de la pauta antibiótica el estudio tuvo en cuenta si los pacientes habían tenido una alta exposición, es decir, más de cuatro prescripciones antibióticas en los dos años previos; el consumo de antibióticos de máxima prioridad; y la exposición reciente -en los dos meses previos al contagio-.
Una de las principales conclusiones de la investigación es que el riesgo de gravedad fue más alto entre las personas expuestas a antibiótico. En concreto, las personas que habían tomado antibióticos en los dos años previos a contraer covid-19, el riesgo de gravedad fue un 12 % más grande que entre las personas que no habían tomado.
Poniendo el foco en las personas que habían tomado antibióticos, presentaron un 25 % más de covid grave aquellos que habían tomado antibióticos de máxima prioridad en comparación con los pacientes que habían tomado otros tipos de antibióticos. En el caso de las personas con una alta exposición, presentaron un 19 % más de gravedad por covid-19 que los que habían tomado tres o menos pautas antibióticas. El estudio también ha constatado que quienes habían consumido antibióticos en los dos meses previos a la infección presentaron un 41 % más de gravedad en el curso de la covid-19.
“El consumo de antibióticos altera la microbiota del cuerpo, principalmente la del tubo digestivo, lo que reduce la diversidad microbiana y provoca alteraciones en la inmunidad antiviral”, ha rindicado Carl Llor, investigador principal del estudio. “Este hecho queda reflejado en este trabajo, ya que las personas que presentaron una covid-19 más grave son las que habían tomado antibióticos de forma más reciente”, añade Llor,
Estas alteraciones se han visto principalmente en modelos animales, y aún es bastante desconocida la interacción entre bacterias, virus y la fisiología humana. “Los resultados de este estudio deberían abrir la puerta a hacer una nueva investigación para entender mejor cómo afecta la alteración de la microbiota causada por el consumo antibiótico sobre nuestra inmunidad y la posibilidad de presentar infecciones más graves”, concluye Llor.
Consultada por Infobae, Laura Barcelona, jefa del Servicio lnfectología en Hospital Bernardo Houssay en Vicente López, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y coordinadora de Uso Apropiado Antimicrobianos del Ministerio de Salud de la Nación, comentó: “Los factores de riesgo para desarrollar COVID-19 grave son: edad mayor a 60 años, la obesidad, diabetes y otras enfermedades pre-existentes como EPOC, enfermedades cardiológicas y enfermedades con inmunocompromiso. Consumir antibióticos no es un factor de riesgo per se para COVID-19 grave. Lo que sí puede ocurrir es que los pacientes con antecedentes de ingesta de antibióticos pueden tener más riesgo de desarrollar complicaciones bacterianas con gérmenes resistentes, infecciones que pueden ocurrir como complicación en los pacientes con COVID-19, especialmente severos ″.
En tanto, la doctora Elisa Estenssoro, asesora de la Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara, que depende del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, e integrante de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva y el comité ejecutivo de la Federación Mundial de Sociedades de Terapia Intensiva, opinó: “La hipótesis que plantean los investigadores de Cataluña sobre la correlación entre ingesta de antibióticos y el desarrollo de COVID-19 grave es interesante. Estudiaron una muestra grande de pacientes. Es sabido que los antibióticos pueden alterar la microbiota de los organismos. Quizá a partir de este estudio en Cataluña haya que preguntar también a los pacientes con la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 si han consumido antibióticos en los años previos”.
Para el doctor Francisco Nacinovich, de la Sociedad Argentina de Infectología y director de la asociación Investigación en Resistencia Antibióticos (INVERA) los resultados de la investigación en Cataluña también fueron interesantes por la cantidad de pacientes estudiados. “Si bien el estudio tiene limitaciones, los autores sugieren que el consumo de antibióticos puede alterar la microbiota intestinal. Antes de este trabajo, se sabía que el consumo previo de antibióticos por lo menos en los 6 ó 12 meses previos predisponen a tener colonización por gérmenes multirresistentes. Si una persona está colonizada por ese tipo de gérmenes, está en mayor riesgo de tener infecciones. También sabemos que la colonización por gérmenes multirresistentes en mascotas de compañía puede preceder su aparición en los humanos que conviven con ellas”, dijo Nacinovich a Infobae.
Para evitar que se desarrollen más casos de resistencia a los antibióticos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a la población que solo consuma los antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado, y que no pida antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
Si el antibiótico está bien prescripto, las personas deben seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso. No hay que utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otras personas.
Además, se pueden prevenir las infecciones con el lavado frecuente las manos, la preparación de los alimentos en condiciones higiénicas, evitar el contacto cercano con enfermos, adoptar medidas de protección en las relaciones sexuales y mantener las vacunaciones al día.
En tanto, los profesionales de la salud también tienen un rol clave en el control de la resistencia a los antibióticos. Según la agencia sanitaria de Naciones Unidas, los profesionales deben evitar las infecciones velando por la limpieza de las manos, el instrumental y el entorno. Deben prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios, de conformidad con las directrices en vigencia. También tienen que notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de vigilancia, e informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente, la resistencia a esos fármacos y los peligros de su uso indebido.