Es de público conocimiento que uno de los síntomas que se padece al contagiarse de coronavirus es la pérdida total o parcial del olfato, algo que con el tiempo podría generar distorsión en la percepción de los aromas.
La parosmia, que se trata de la distorsión de un olor que está presente, se relaciona a daños en el sistema olfativo luego de padecer una grave infección respiratoria.
Según un informe que fue realizado en junio pasado y que fue publicado por Chemical Senses, da cuenta de que el 7% de los 4 mil pacientes que fueron estudiados con Coronavirus confirmaron tener distorsión en el olfato.
A pesar de que la mayoría lo recupera en un par de semanas, hay un grupo minúsculo que padece esta afección durante un tiempo prolongado.
The Wall Street Journal asegura que existen casos atípicos en los cuales, tras haberse recuperado, la persona afectada no recupera los sentidos por completo, sino que percibe los gustos y olores de forma diferente.
Dicho sea de paso, este estudio detalla que muchos sientes que las papas fritas tienen gusto a carne podrida y a productos químicos similares al chocolate.
Los ejemplos son realmente heterogéneos: Ellen Glynn maestra de colegio secundario de 46 años le comentó al diario que el café helado olía “como si alguien hubiera dejado pollo crudo debajo de un cojín del sofá durante algunas semanas”.
Por otro lado, Jennifer Spicer, médica de la Universidad de Emory en Atlanta, comentó que el vino tinto le sabía a gasolina.
Si bien los investigadores entienden que el coronavirus no ataca a las neuronas olfativas si puede dañar “celular sustentaculares” en la cavidad nasal que son las que permiten sentir los aromas.
Sandeep Datta, neurobiólogo de Harvard, indicó que “la aparición generalizada de parosmia refleja el hecho de que, en algunos pacientes, las neuronas definitivamente están muriendo. Y la idea principal es que estas neuronas se están destruyendo a través de un mecanismo indirecto”.
De hecho, si una mínima subsección de los aproximadamente 350 distintos tipos de receptores de olfato se daña, el cerebro puede llegar a percibir olores y sabores de una manera totalmente distorsionada.
Según se cree en este sentido, este problema puede ser simplemente el inició de un trastorno psicológico mucho peor.
Por el contrario otro punto de vista entiende que la parosmia es una muestra de un mejor estado de salud, así por lo menos lo explicita el director médico del Centro de Olor y Sabor del Centro Medico de la Universidad de Vanderbilt, Justin Turner.
“En muchos sentidos, tener una parosmia en el contexto del covid-19, o cualquier otra infección viral de las vías respiratorias superiores que cause pérdida del olfato, es algo bueno, porque sugiere que está haciendo nuevas conexiones y que estamos obteniendo una regeneración de ese tejido olfativo y volviendo a la normalidad” explicó el especialista.