Una situación por demás se vivió en Tucumán durante las últimas horas. Un brote de la variante Delta generó gran preocupación entre los lugareños de Famaillá, ya que se registraron 16 nuevos casos y los mellizos Orellana, que gobiernan la localidad, decretaron un regreso a la cuarentena dura.
Esa medida, contemplaba la prohibición de reuniones familiares, cierre de actividades nocturnas y hasta el aislamiento entero del pueblo, tal cual se vivió en los peores meses de la pandemia.
La medida informada el jueves nunca llegó a concretarse por el malestar de los vecinos, y este sábado, el intendente José Orellana reveló que las restricciones quedaban sin efecto, y en su lugar se intensificarían los testeos y la campaña de vacunación.
Esta situación podría repetirse a nivel nacional, si la variante Delta termina expandiéndose en todo el territorio nacional, como prevén varios epidemiólogos. Hasta el momento, esta comprobado que es mas contagiosa que las anteriores cepas, pero no está claro que sea más letal.
El alto nivel de contagiosidad de esta variante generó nuevas olas en Estados Unidos y Europa, incluso en poblaciones vacunadas, pero los gobiernos han decidido navegar esta etapa de la epidemia con campañas de vacunación y pases sanitarios, sin regresar a las restricciones iniciales.
La ministra de Salud de Tucumán, Rossana Chahla, explicó que son las autoridades locales las que en esta etapa de la pandemia deben definir las restricciones. Sobre la variante Delta, señaló que “era inevitable que llegue, ya que está circulando en todo el mundo y lo más probable es domine como variante. Pero lo importante es que el diagnostico se está realizando en la provincia y que contamos con recurso humano. No podemos predecir si vamos a ir a una tercera ola ya que depende mucho del comportamiento de la comunidad”.