La ex diputada y vocera presidencial, Gabriela Cerruti, amagó con renunciar y se tomó vacaciones asegurando que padece un “estresazo”.
En Casa Rosada aseguran que está desgastada por los choques diarios con ministros y con los periodistas, con los que suele cruzarse los jueves durante las conferencias de prensa. El malestar es tal que optó por no asistir al brindis de fin de año encabezado por el propio Alberto Fernández, que inclusive invitó a miembros de la prensa.
“Lamentablemente estaré ausente, y de la conferencia de prensa, por prescripción de mi médico, recuperándome de una dolencia”, tuiteó Cerruti.
Cerruti viene golpeada tras organizar aquel acto para en el que “celebraron” los tres años de gestión de Alberto Fernández, un evento que la mayoría de los ministros criticó.
De hecho, en un recorte periodístico de La Nación cuestionaron las ausencias de Sergio Massa y Eduardo “Wado” de Pedro, lo que terminó de dinamitar la relación de la portavoz con los aliados del Frente de Todos.
Desde el massismo y La Cámpora cruzaron públicamente a la Rosada por esa nota y pidieron “menos actos y más laburo”.
Ahora en el entorno de Fernández creen que fue la propia Cerruti quien filtró a Clarín que se quiere ir del Ejecutivo por no poder unir a Cristina con Alberto.
En un sector del Gobierno hablan de escribir un libro con los fallos recurrentes que tuvo el gobierno de Alberto en su política comunicacional. A Cerruti, en tanto, la critican por agrandar los conflictos y potenciar los ejes que instala la oposición y porque por el contrario nunca logró instalar un tema propio.
Su relación con los periodistas nunca fue buena y tuvo momentos de tensión a lo largo del año. Algunos de ellos incluso salieron a la luz, como cuando le debió pedir perdón a una periodista de La Nación por retarla en una conferencia de prensa por una nota, o cuando se dirigió de mala manera a los acreditados en la Sala porque consideró que estaban llegando tarde a una conferencia de prensa con Juan Manzur después de la reunión de gabinete.