San Rafael: 14 personas murieron en un geriátrico dirigido por un ex y polémico sacerdote

El hecho ocurrió en el distrito de Monte Comán, distrito en donde se encuentra emplazada la Fundación Hogar de Jóvenes San Luis Gonzaga. El Ministerio de Salud intervino la institución.

La tranquilidad que suele reinar la alejada localidad sanrafaelina de Monte Comán, se vio alterada durante las últimas horas, luego de que conocieran 14 muertes por coronavirus en un geriátrico del distrito.

El hogar en cuestión es la “Fundación Hogar de Jóvenes San Luis Gonzaga”, donde también supo funcionar un hogar de menores.

En la institución liderada por el ex sacerdote Fernando Yáñez, los fallecimientos arrancaron a principio de mes. El pasado 8 de junio murió el primero de los ancianos. El resto perdió la vida durante los últimos días.

Los contagios no solamente han terminado con la vida de los ancianos que residen en ese lugar, sino que también afectó a parte del personal que se desempeña en la institución.

Yáñez, apodado en el sur como “Padre Pato”, explicó que no pudieron avanzar con la vacunación a los abuelos, ya que el día que se detectó el primero de los contagios, fue cuando arribaron al lugar las dosis para contrarrestar el virus.

La situación en el sur de la provincia se ha agravado en las últimas horas, de hecho durante el jueves, las autoridades sanitarias confirmaron 100 nuevos casos positivos.

La institución, habilitada por la comuna sureña, informó que esta semana murieron 13 personas más.

Autoridades del Ministerio de Salud ya se encuentran trabajando en el lugar, por lo que el hogar ha quedado intervenido.

¿Quién es Fernando Yáñez?

El nombre de Fernando Yáñez es más que conocido en el sur de la provincia. De hecho, allá por el año 2013, el por entonces sacerdote fue acusado por el abuso de dos menores.

En aquel entonces, un joven de 17 años dijo que el por entonces sacerdote lo había manoseado a él y a un compañero en el interior del hogar San Luis Gonzaga.

Si bien la acusación quedó en la nada, y fue absuelto en abril del año 2019, un polémico audio suyo trascendió las fronteras provinciales.

“Uno está rodeado de varones y necesita cariño”, manifestó en una conversación el religioso. Estos dichos llegaron a la justicia, y la investigación continuó.

Más acá en el tiempo, el Obispado de San Rafael informó su expulsión de la iglesia católica.

A través de un comunicado oficial, expresaron su rechazo a la apelación contra el Decreto Administrativo Penal de la expulsión del cura Yáñez del estado clerical por delitos contra la disciplina de la iglesia y desobediencia dada el 19 de julio de 2019.

Ante esta situación, el religioso recibió la máxima sanción que existe para un sacerdote católico que es perder la condición clerical y todo lo que implica, sumándole el uso de la vestimenta y el ejercicio sacerdotal en cualquier contexto, sea público o privado.

Ni bien se conoció esta decisión del obispado, el “Padre Pato” dijo que no se trata de una expulsión, sino de una “reducción al estado laical”.

Explicó que presentó todos los recursos para intentar evitar este desplazamiento, pero “para ello debía presentarme personalmente con ese recurso en Roma, pero por el tema de la pandemia fue imposible viajar, por lo que presenté todo en tiempo y forma en el Obispado. Pero he sido condenado sin un juicio previo por desobediencia, esto surgido porque el Obispo Taussig me mandaba a Malargüe y yo estaba a cargo de cuarenta jóvenes y yo lo que planteé era que enviara algún otro sacerdote para hacerse cargo de ellos y el Obispo dijo que no”.

A medida que Yáñez tenía alguna aparición pública, los ánimos se iban caldeando en San Rafael.

En una de sus tantos contactos con la prensa, sostuvo que esto es “un invento de los hombres, pero el sacerdocio no me lo puede sacar nadie, porque es un sacramento y así como uno no se puede desbautizar a mí no me pueden sacar el sacerdocio, voy a seguir vistiendo la sotana y celebrando la santa misa todos los días, como lo he seguido haciendo”.

“Hay una tremenda injusticia, yo solicité juicio en un tribunal imparcial, porque el Obispo me odia, lo puedo demostrar, pedimos que se lo inhibiera y no lo hizo, y así terminó todo. El problema es que nosotros somos conservadores y con Francisco los conservadores estamos muertos. Pero yo voy a seguir viviendo mi vida sacerdotal como en estos 38 años, ocupándome del asilo de ancianos, en el que nadie me ayuda y mantengo todo con lo que mis padres me dejaron, asique seguiré viviendo mi sacerdocio, y si quieren escándalo lo van a tener“, manifestó.

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