Raquel Blas, integrante de la rama Salud del Sindicato de Trabajadores Estatales Autoconvocados Mendoza (SITEA), se concentró en el Hospital Central junto a varios trabajadores precarizados (prestadores y contratados) del Hospital Notti y otros nosocomios en el marco del tercer día de paro por el magro aumento que recibieron en los últimos días y las amenazas que denuncian fueron recibidas por participar de asambleas.
“Lo que pasa en Mendoza no tiene ni antecedentes históricos ni se parece a nada de lo que esté sucediendo en otras provincias. Venimos de un cierre paritario en el que directamente se anuló el año 2020, y esto lo firmaron muchos sindicatos, dejando afuera del plateo a los prestadores y contratados de salud, quienes en este momento están sosteniendo las áreas más críticas de salud, como las terapias Covid y las terapias intensivas“, detalló Blas.
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Y agregó: “Desde el 2019 que estos compañeros vienen ganando lo mismo, y hablamos de salarios que arrancan desde los 16 mil pesos, como los de Hospital Gailhac, hasta 19 mil pesos bolsillos, que es el que más gana, cumpliendo 8 horas laborales”.
“Ya están por debajo de la línea de indigencia en un sector tan prioritario como la salud pública. Lo que tendría que suceder es que, en primer lugar no debería haber trabajadores en negro, porque hay un decreto de pase a planta que el Gobierno provincial no está cumpliendo”, dijo Raquel Blas.
“Ya no se puede hacer más oídos a este reclamo, porque la única respuesta que ha habido desde el Poder Ejecutivo es el anuncio de un aumento del 10% a partir de marzo, que deben ser 1.600 pesos“, agregó la sindicalista.
En la Salud no debe haber más trabajadores en negro”.
Blas expresó que al menos por el momento, no hay ningún canal de diálogo con el Ejecutivo, “lo único que han hecho es amenazar y hostigar a los trabajadores con que le van a descontar días, y esto seguramente avanzará hasta los trabajadores de planta permanente porque hay mucho descontento también. Hay muchos compañeros y compañeras fallecidos”.
