La extensión que posee el departamento de Guaymallén, sumado a la falta de uniformados y recursos que sufre la policía que presta servicio en esta comuna, ha llevado a que el departamento liderado por Marcelino Iglesias sea un caos.
Además de esta situación, que preocupa de sobremanera, en el populoso barrio Unimev hay un hecho sumamente alarmante y del que nadie se hace cargo: las picadas de motos.
El tema no es nuevo. En esta coqueta zona de Guaymallén, todos los vecinos están hartos de que en las noches prácticamente no puedan pegar un ojo por la irresponsabilidad de cientos de motociclistas que hacen lo que quieren en las calles.
Estas carreras ilegales, además del peligro que acarrea para los conductores de estos rodados, provocan un ensordecedor ruido de los escapes de estas motocicletas “tocadas” para tal fin.
Al peligro no solamente se exponen estos “dueños de la calle”, sino que también los lugareños a los que no les queda otra alternativa que encerrarse en sus casas y esperar que todo acabe.
Como se dijo anteriormente, el tema no es nuevo. La falta de respuestas por parte de las autoridades policiales, tampoco.
Tal cual puede apreciarse en una nota firmada por vecinos, y a la que tuvo acceso News Online, el tema hartó a los lugareños.
En la misiva, los autores piden “realizar un plan de acción para que cesen las picadas en nuestro barrio (Unimev)”.
Y más adelante, precisaron la hora exacta en la que las carreras ilegales vuelven a darse. “Desde mediados de octubre, a primeras horas de la madrugada (entre 1 y 2 de la mañana) de los días viernes y lunes, se realizan picadas en nuestro barrio”, denunciaron, poniendo en conocimiento los días y el horario de esta práctica en la “Plaza Unimev y alrededores”.
Esto no es todo. Señalaron que son “entre cuarenta y cincuenta” motos “y algunos autos que acompañan”.
“Según nos comentaron algunas personas que fuimos contactando, las picadas comenzarían a las 22 en el Parque General San Martín, allí están hasta que tránsito y policía llega; luego se juntan en el predio de la Virgen y al igual que en el parque se van cuando llega la policía y lo mismo ocurre en nuestro barrio, por lo que el problema va más allá de lo que pensábamos”, agregaron en la nota enviada al comisario Romera, titular de la Policía Departamental de Guaymallén.
En el texto, que rápidamente se viralizó en grupos de WhatsApp y en distintas redes sociales, puede leerse que pese a que los vecinos denuncian estos hechos, “no hemos observado un plan de prevención de la situación”.
En otro de los pasajes, revelan un dato indignante, penoso y que muestra a las claras por qué decimos que el caos se apoderó de la zona: “La Comisaría 44 se encuentra a no más de 100 metros de la zona de picadas, pero nos dicen que por falta de efectivos no pueden intervenir, siendo que ni siquiera necesitarían de un móvil para hacerse presentes antes de que comiencen las picadas”.
Por si esto fuera poco, los denunciantes aseguran que “en la zona de picadas hay cámaras de seguridad”.
Sobre el cierre, volvieron a pedir en que se implemente “un plan de acción a la brevedad”, ya que por medio de esas líneas, los vecinos aportaron “suficientes datos” para idear maniobras operativas en el lugar.
“Como vecinos solo podemos llamar al 911 comienzan las mismas (picadas), y según operadores de este servicio hay días que reciben más de 30 llamadas”, sin embargo todo sigue igual y “no se han tomado cartas en el asunto”.
Los días siguen pasando, las carreras ilegales también, mientras tanto las autoridades miran para el costado y los vecinos siguen sin pegar un ojo.