Luto en el periodismo de Mendoza: falleció Rolando López

El periodista y escritor falleció a sus 54 años, tras una larga pelea contra el cáncer.

El renombrado profesional de la comunicación trabajó por décadas en diario Los Andes, mayoritariamente a cargo de la sección “policiales”.

“Roly” no sólo sobresalía por su buena pluma, sino, y por sobre lo anterior, por su compañerismo en las redacciones que pisó, por su humor ácido y su fanatismo por su querido Godoy Cruz Antonio Tomba. “No te olvides de poner que soy hincha de Godoy Cruz”, avisaba en cada entrevista que le hacían.

López ganó ocho premios en concursos de crónica periodística que están compilados en “8 Premiadas”, uno de sus libros, trabajó en muchos diarios y revistas y explotó su don por la palabra como escritor-fantasma en decenas de biografías e investigaciones.

El último libro que presentó fue ” El boxeador que sonreía demasiado”, una biografía novelada de Alejandro Lavorante, mítico boxeador mendocino que enamoró a Estados Unidos en los ’60 y murió prematuramente, dejando su sueño incumplido.

Sus libros capturaban la esencia que Rolando eligió para autodefinirse. Él era un “cazador de personas ignotas con historias dignas de ser contadas”. “Me llamó la atención la situación de arañar el sueño anhelado y no poder alcanzarlo”, dijo en una entrevista sobre su última obra.

“El boxeador que sonreía demasiado” fue su séptimo libro, después de títulos como “Partes diarios” (Diógenes, 2000), “Entrevista con el bandido” (Diógenes, 2006), “Diario de un padre separado de su hija” (Cuatro Vientos, 2009), “Textos de periodismo para no morir en el bostezo” (Diógenes, 2011), “Canelo, el perro que esperó a su dueño durante 12 años” (Diógenes, 2015) y “Ocho premiadas” (Ed. Bruma, 2019).

“La Gran Robando”, un método que creó y pulió

Sus compañeros de redacción le atribuían haber creado la “Gran Robando” (juego semántico con su nombre) que consiste en encarar una nota policial allí donde no se ve demasiado el hecho policial. “El lado B de las escuchas telefónicas”, “Entrevista a un camión robado”, son algunos de los títulos de notas hechas con el método la “Gran Robando”. López, que llegó a disertar en algunas facultades de periodismo acerca de este método, dijo que donde otros ven vagancia, él ve imaginación para salvar una nota que parece perdida.

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