El Gobierno nacional dejó en claro que no negoció la Ley Ómnibus que envió el presidente Javier Milei al Congreso de la Nación y que su tratamiento y aprobación se encaminó ayer, luego de aceptar cambios propuestos por bloques opositores.
Así lo expresó el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante su habitual conferencia de prensa matutina: “Nosotros no negociamos, nos sentamos a recibir toda sugerencia”. En esa línea, Adorni mantuvo firme la intención del oficialismo por “trabajar el fin de semana”.
El portavoz volvió a ser meticuloso con las palabras y volvió a evitar la palabra “negociación”. Sin embargo, el despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el miércoles reunió a varios referentes opositores para modificar artículos del megaproyecto.
Ver: Fernández Sagasti y más de 1.500 personalidades pidieron el rechazo total a la Ley Ómnibus
A este grupo de legisladores, entre los que se encuentran Rodrigo De Loredo, Miguel Ángel Pichetto, Florencio Randazzo (estos últimos de gran sintonía con el ministro del Interior, Guillermo Francos), se refirió hoy Adorni.
“Queremos destacar el trabajo que se está realizando en la Cámara de Diputados, especialmente, con un sector de la oposición que, de manera razonable, están acompañando y nos han acercado un sinfín de mejoras para hacerle a la Ley Bases”, indicó.
Del encuentro, que también estuvo Francos, participó el “arquitecto” Santiago Caputo, quizás la figura que mejor representa a Milei, luego de su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Si bien la postura oficial, y el deseo del jefe de Estado, era que se debata este fin de semana, algo que finalmente no sucederá.
La recalibración del calendario llevará al oficialismo a que, en el escenario soñado, el debate en el recinto de la Cámara baja sea el próximo jueves, luego del paro con movilización que convocó la Confederación General del Trabajo (CGT) para el miércoles.
Cabe recordar que el almanaque es uno de los tantos escollos que tiene el Ejecutivo en el camino. La convocatoria a sesiones extraordinarias está vigente hasta el 31 de enero. Según trascendió, el Gobierno intentará darle curso a la iniciativa y evitar prorrogar las sesiones.
Con la presión en los dólares financieros y libre, el oficialismo está sediento de un triunfo. Sobre todo porque esperaba dar el primer golpe de efecto con la aprobación de la ley de boleta única de papel en el Senado, que quedó en stand by, después de dos magros dictámenes.
En los pasillos de la Casa Rosada hay optimismo y se sienten confiados que conseguirán el dictamen y su posterior tratamiento -aprobación- en el recinto con los plazos establecidos.