Según los últimos datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), Argentina se sitúa en la cima mundial de la inflación, superando nuevamente a países como Líbano y Venezuela.
Con un alarmante 11% de inflación solo en el mes de marzo, el país registra una escalofriante acumulación del 51,6% en lo que va del año, dejando en evidencia una situación económica delicada que preocupa tanto a analistas como a ciudadanos.
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Esta cifra coloca a Argentina en la posición más desfavorable a nivel global en términos de inflación anual, con una brecha en aumento con respecto a sus competidores más cercanos.
A pesar de las proyecciones optimistas de algunos analistas para el próximo año, el país no ha cedido su lugar en el podio mundial de la inflación, manteniendo una posición dominante que genera incertidumbre y malestar entre la población.
En contraste con el panorama regional, donde la mayoría de los países mantienen la inflación anual en un solo dígito, excepto Venezuela, Argentina se destaca negativamente como un caso aparte.
Los críticos economistas del Gobierno señalan que esta tendencia hacia la alta inflación se sustenta principalmente en la profunda recesión experimentada durante el primer bimestre del año, la cual se tradujo en una significativa disminución de los ingresos tanto salariales como de las jubilaciones.
