Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, sólo una cuarta parte de los países del mundo cuenta con una política, estrategia o programa nacional de apoyo a las personas con demencia y sus familias, de acuerdo a la situación mundial de la respuesta de salud pública a la demencia de la Organización Mundial de la Salud.
La demencia no es una enfermedad específica, es un término general que describe una amplia gama de síntomas asociados con el deterioro de la memoria y otras habilidades del pensamiento que afectan el normal desarrollo de actividades de una persona. La enfermedad de Alzheimer es responsable de un 60 a 80 % de los casos.
“La demencia roba a millones de personas sus recuerdos, su independencia y su dignidad, pero también nos arrebata a los demás a las personas que conocemos y amamos”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud,y agregó que “el mundo está fallando a las personas con demencia, y eso nos perjudica a todos. Hace cuatro años, los gobiernos acordaron una serie de metas claras para mejorar la atención de la demencia. Pero las metas por sí solas no son suficientes. Necesitamos una acción concertada para garantizar que todas las personas con demencia puedan vivir con el apoyo y la dignidad que merecen”.
Según el documento, el número de personas que viven con demencia está aumentando. La OMS calcula que más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia, 10,3 millones en la Región de las Américas. Se calcula que esta cifra aumentará a 78 millones para 2030 y a 139 millones para 2050.
En el continente americano, la discapacidad asociada a la demencia es un factor clave de los costos relacionados con esta enfermedad, afecta a un 68% más de mujeres que de hombres, en la población mayor de 60 años. En 2019, el costo de la demencia en la Región se estimó en US$ 364 mil millones. El costo mundial de la demencia se estimó en US$ 1,3 billones y se prevé que aumente a US$ 1,7 billones para 2030, o a US$ 2,8 billones si se tiene en cuenta el aumento de los costos de la atención.
En el informe se destaca la urgente necesidad de reforzar el apoyo a nivel nacional en lo que respecta tanto a la prestación de atención a las personas con demencia como al apoyo a las personas que prestan esa atención en entornos formales e informales.
La atención que necesitan las personas con demencia incluye atención primaria de la salud, atención especializada, servicios comunitarios, rehabilitación, cuidados de larga duración y cuidados paliativos. Aunque la mayoría de los países (89%) que proporcionan información al Observatorio Mundial de la Demencia de la OMS dicen que proporcionan algunos servicios comunitarios para la demencia, el nivel de prestación es mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos y medios. La medicación para la demencia, los productos de higiene, las tecnologías de asistencia y las adaptaciones domésticas también son más accesibles en los países de ingresos altos, con un mayor nivel de reembolso, que en los países de ingresos bajos.
PARA TENER EN CUENTA
Con frecuencia se hace referencia de manera incorrecta a la demencia como “senilidad” o “demencia senil”, lo que refleja una creencia extendida y errónea de que el deterioro mental es una consecuencia normal del envejecimiento.
Las personas con demencia pueden tener problemas con la memoria a corto plazo, como saber dónde se encuentra la cartera o billetera, pagar las cuentas, planificar y preparar comidas, recordar citas o viajar fuera de su vecindario. Muchas demencias son progresivas, lo que significa que los síntomas comienzan lentamente y empeoran de forma gradual. Si usted o un ser querido experimenta dificultades con la memoria u otros cambios en las habilidades del pensamiento, no lo ignore y acuda al médico.
Fuente: OMS/ OPS y Alzheimer´s Associaton