Después de la pandemia, la ansiedad, la depresión y los trastornos del ánimo van en ascenso. Cada vez son más las personas que buscan ayuda profesional. Sin embargo, no todas tienen la posibilidad de acceder a un tratamiento.
En el ámbito público, por ejemplo, hay demoras de varios meses para conseguir turnos. A esto se le suma que a veces las personas necesitan atención de manera rápida y no pueden esperar tanto tiempo.
En el marco del día del psicólogo, hablamos con la Licenciada Marina Gónzalez (Mat 4119), quien sostuvo que si bien la pandemia desencadenó varios padecimientos mentales, también los mismos han surgido por causas sociales y económicas.
Se estima que después del coronavirus, el trastorno depresivo mayor y los trastornos de ansiedad han aumentado en América Latina y el Caribe en un promedio de 35% y 32%, según informó a Infobae Renato Oliveira e Souza, jefe de Salud Mental y Uso de Sustancias de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
También ha crecido la toma de fármacos para tratar las diferentes patologías ya sea en niños, adolescentes y adultos. Marina afirmó que suele pasar que muchas personas se resisten a ese tratamiento por el prejuicio social que se le tiene al psiquiatra.
Sin embargo, recalcó que siempre es bueno hablar con la familia del paciente y llevarles tranquilidad sobre la situación. Además, sostuvo que el tratamiento no es para siempre, sino que sirve para que la persona acompañe su proceso de una manera más amigable.
La profesional confirmó que todavía no se ven todos los efectos que se generaron con la pandemia de coronavirus, sino que los mismos se van a notar a largo plazo. Además, debemos tener en cuenta que el coronavirus no ha dejado de existir.
Remarcó que ir al psicólogo “es un espacio de acompañamiento, de contención y de guia” para atravesar diversos procesos de la vida.
¿Y los médicos?
La salud mental de los médicos también se vio afectada por la crisis sanitaria. Recordemos que ellos estaban muy expuestos a un virus totalmente desconocido que se cobraba miles de vidas en el mundo.
Según un estudio publicado este año y realizado por las universidades de Chile y Columbia con la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el personal de salud de 11 países de América Latina presenta elevadas tasas de síntomas depresivos, pensamientos suicidas y malestar psicológico.
Para realizar el informe se entrevistaron a 14.502 trabajadores sanitarios de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Bolivia, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico, Venezuela y Uruguay.
En el documento “The COVID-19 Health care workers Study” se dio a conocer que entre el 14,7% y el 22% del personal de salud entrevistado en 2020 presentó síntomas que permitían sospechar un episodio depresivo, mientras que entre un 5 y 15% del personal dijo que pensó en suicidarse.
Cuarentenas obligatorias, protocolos estrictos, suspensión de actividades cotidianas, clases virtuales, trabajo en casa. ¿Cómo no se va a ver afectada la salud mental con la combinación de todos estos factores?