El senador nacional y ex gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, la diputada nacional Jimena Latorre y el Doctor en Medicina por la Universidad de Buenos Aires, Mario Sebastiani, presentaron el proyecto de regulación de la Eutanasia, en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo. Lo realizaron frente a un auditorio colmado de estudiantes y profesionales, en el marco de las VIII Jornadas Nacionales y 1° Jornadas Mendocinas de Derecho de Salud, organizadas por el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes y la casa de altos estudios.
El objetivo de la iniciativa presentada por los legisladores nacionales de Juntos por el Cambio busca “regular el derecho de toda persona a solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir”, a través de la legalización de lo que se conoce como “eutanasia asistida”.
Sebastiani además es profesor adjunto del Departamento de Tocoginecología del Instituto Universitario de la Escuela de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires. Actualmente, se desempeña como médico obstetra en dicha institución. “No es difícil hablar de eutanasia, lo que es difícil es que sigamos acá manteniendo este status quo sobre la situación”.
Con esas palabras, el reconocido profesional comenzó su disertación y agregó: “La medicina nos tiene que ayudar con ley o sin ley, porque no ayudar implicaría un abandono del paciente. La medicina previene las enfermedades, las cura, alivia el sufrimiento y también nos tiene que ayudar a morir”.
De esta manera, dejó en claro que deben hacerlo “porque es un hecho noble, moral, que tenemos los que estamos relacionados con la medicina. No queremos indignidad, ni abandono. Quiero que los legisladores entiendan que tenemos libertad sobre el derecho jurídico que se llama vida”.
Por su parte, Latorre fue en el mismo sentido y no sólo dijo que hoy es “tema tabú”, sino que profundizó en que sin una ley, “estamos condenando a las personas a morir en soledad”.
“Es tiempo de hablar de muerte y eutanasia, de buena muerte”, dijo la legisladora mendocina y comentó que es un tema que merece tratarse con todo el respeto que implica, pero, por sobre todo, “tenemos que ver que hoy no le damos a la persona el derecho de ser asistida y a que se pueda morir en un ambiente cálido y no en soledad”.
Latorre aseguró que “es nuestro deber como legisladores hablar sobre eutanasia y llevar como representantes de la sociedad el tema al Congreso”, porque “en nuestro país está penado tener una ‘buena muerte. Esto nos lleva a la clandestinidad, nos lleva a morir solos”.
También comentó que cuando fue presentada la iniciativa en el Congreso empezaron a aparecer distintas posiciones, lo que consideró sano para el debate: “Aquí aparecieron fundamentos y fundamentalismos, que no es lo mismo. Los detractores muchas veces tienen fundamentos religiosos y plantean que la eutanasia es un fracaso de la medicina, de la sociedad que no supo acompañar, del Estado, de la Salud y consideran que no nos debemos ocupar del tema. Pero nosotros que somos parte de un Estado laico como establece la Constitución, estamos hablando de regular derechos y de libertad, por lo tanto la religión no tiene lugar en esta discusión”.
Luego hizo un repaso por los países que han abordado el tema y cuentan con una ley. Afirmó que en Uruguay, en octubre pasado, se le dio media sanción al proyecto, pero antes se realizó un sondeo y el 70% de la sociedad uruguaya apoyaba la legalización de la eutanasia. “Este es un tema que nos atraviesa a todos los partidos políticos como pasó en el vecino país”, afirmó la legisladora e hizo hincapié en que no se puede rivalizar entre cuidados paliativos y eutanasia porque no son excluyentes.
A su turno, Cornejo se comprometió con este proyecto porque “creo que es un derecho que falta” y señaló que aún le cuesta generar este tipo de debates “cuando la crítica sobre la gestión es impresionante. Muchas veces creo que, más que legislación y generar derechos, lo que falta es calidad de gestión en el Estado”.
Asimismo, dijo que “es políticamente correcto poner algunos derechos, pero se olvidaron de este derecho, porque el sistema político funciona sobre la base de la demagogia y el populismo y no sobre la base de la racionalidad y los principios de las libertades”. Sostuvo que evitar la confrontación con la eutanasia es lo políticamente correcto, pero hay que deliberar con la sociedad sobre los principios de racionalidad y la superación de esas ideas confrontativas”.
El senador instó a los legisladores a tratar el proyecto y fue tajante al decir que “ya me dijeron que es muy conflictivo el proyecto, pero en realidad el no se atreven aún a decirlo en público”.
Caso testigo
Cornejo explicó que fue la historia del mendocino Daniel Ostropolsky, de 72 años, la que llevó a entender la necesidad de que quienes sufren “una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante”, puedan solicitar “la prestación de ayuda para morir dignamente”. Además, detalló que el objetivo es que la ley se aplique en todo el territorio nacional y que sea el Ministerio de Salud de la Nación y los ministerios provinciales los que se encarguen de aplicarla.
Explicó que esta ley “es algo que hace falta y es superadora a la muerte digna que queda incompleta”. Además, el legislador comentó que esta legislación ya la tienen muchos países y algunos estados de los Estados Unidos: “En todos los lugares donde se ha aplicado, se actúa con estricto profesionalismo” y comentó que la parte jurídica del proyecto fue trabajada con Ostropolski, “quien sufrió una enfermedad inhabilitante en primera persona”.
La iniciativa
En otras palabras, el proyecto de ley establece una reglamentación, con requisitos básicos a verificarse a través de la comisión de asistencia y análisis médicos, donde el paciente plantea su voluntad. No hay un listado de enfermedades, sino que debe implicar un sufrimiento que sea incompatible con la dignidad humana, la apreciación de eso lo hace un cuerpo interdisciplinario. Una vez que la persona queda sin la posibilidad de comunicarse, la familia puede tomar la decisión.
Quiénes y cómo pueden pedirla
El legislador informó que el proyecto alcanzará a todos aquellos que no puedan valerse por sí mismo, “que lleven asociado un sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable para quien lo padece, existiendo seguridad o gran probabilidad de que tales limitaciones vayan a persistir en el tiempo sin posibilidad de curación o mejoría apreciable. En ocasiones puede suponer la dependencia absoluta de apoyo tecnológico”. También dejó en claro que sólo podrán solicitarla quienes hayan manifestado su voluntad expresa de recibir la eutanasia asistida con anterioridad a perder el pleno uso de sus facultades.
De esta manera, agregó que el paciente debe haber “suscrito un documento de directivas médicas anticipadas, instrucciones previas, testamento escrito o documentos equivalentes legalmente reconocidos, en cuyo caso se podrá facilitar la prestación de ayuda para morir conforme a lo dispuesto en dicho documento”. Según el proyecto, “la valoración de la situación de incapacidad de hecho, por el médico responsable, se hará conforme a los protocolos de actuación que se determinen por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud”.
Derechos del paciente
En cuanto a los derechos del paciente, la normativa contempla que pueda acceder a “toda la información relativa a la prestación de ayuda para morir y recibir tal información de modo que formen y expresen su voluntad, otorguen su consentimiento y se comuniquen e interactúen con el entorno, de modo libre, a fin de que su decisión sea individual, madura y genuina, sin intromisiones, injerencias o influencias indebidas”. Está previsto que la persona tenga la posibilidad de solicitar la prestación de ayuda a morir como así también que pueda acceder al sistema de salud o contar con su asistencia.
Cornejo informó que el personal de salud deberá garantizar que la persona reciba un trato digno, privacidad, confidencialidad, autonomía de voluntad y acceso a la información, tanto sobre su salud como sobre los métodos que se aplicarán en cada caso.
Comisión médica
Otros de los puntos que toma en cuenta el proyecto es el de la creación de una Comisión Médica de Asistencia y Evaluación en cada una de las provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se busca que sea multidisciplinaria y que cuente con al menos siete miembros entre médicos, enfermeros y juristas especializados.
Asimismo, sujeta que tanto el ministro de Salud de la Nación como sus pares provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires y los presidentes de las Comisiones Médicas de Asistencia y Evaluación de cada una de las provincias y de la CABA se reúnan anualmente “para igualar criterios e intercambiar buenas prácticas en el desarrollo de la prestación de eutanasia en el Sistema de Salud Nacional”.
Procedimiento para la prestación de ayuda para morir
Cornejo detalló que para iniciar el procedimiento lo primero que deberá hacer el paciente es presentar la solicitud de ayuda para morir ante la Comisión Médica de Asistencia y Evaluación correspondiente a su jurisdicción. El presidente de dicho organismo designará a dos miembros del mismo, un profesional médico y un jurista, para que verifiquen si, a su juicio, concurren los requisitos y condiciones establecidos para el correcto ejercicio del derecho a solicitar y recibir la prestación de ayuda para morir”, agregó.
El proyecto también tiene previsto cómo seguir en caso de que los miembros de la Comisión no lleguen a un acuerdo. Si esto sucede deberá intervenir el presidente dentro de los “dos días corridos siguientes al pronunciamiento de los miembros asignados al estudio del caso. Si la decisión es favorable a la solicitud planteada, el informe será remitido a los efectos de la realización de la prestación”.
En caso de que el informe fuera negativo, el paciente podrá solicitar la revisión de aquel informe por la comisión en pleno, la que deberá expedirse en el plazo de cinco días corridos a contar desde que la solicitud le fuere elevada por el interesado.
Realización de la prestación de ayuda para morir
Recién cuando la resolución es positiva la prestación de la ayuda a morir no podrá dilatarse más allá de los diez días corridos a partir de la fecha de emisión de la resolución que la autoriza. Si el paciente se encuentra consciente deberá comunicar la modalidad en la que quiere recibirla.
En tanto que el médico responsable deberá asistirlo hasta el momento de su muerte en caso de que se decida por “la administración directa de una sustancia por parte del profesional”. Si el paciente opta por la autoadministración de la sustancia el médico deberá mantener la tarea de observación y apoyo a este hasta el momento del fallecimiento.
Una vez realizada la prestación de ayuda para morir, el médico responsable deberá remitir a la Comisión Médica de Asistencia y Evaluación de su Provincia o Ciudad Autónoma de Buenos Aires toda la documentación relativa al procedimiento realizado.
Objeción de conciencia de los profesionales sanitarios
El profesional de salud que deba intervenir de manera directa en la ayuda del buen morir, tiene derecho a ejercer la objeción de conciencia. En este caso deberá poder derivar a la persona para que sea atendido por otro u otra profesional en forma temporánea y oportuna, sin dilaciones.
La iniciativa prevé en los casos de los efectores de salud que no cuenten con profesional para ayudar al paciente en el buen morir “deberán prever y disponer la derivación a un efector que realice la prestación y que sea de similares características al que la persona solicitante de la prestación consultó.
Cobertura y calidad de las prestaciones
En este punto del proyecto se hace referencia a que tanto la salud pública como la privada deberán “incorporar la cobertura integral de la práctica que se realice para un buen morir, prevista en la presente ley en todas las formas que la Organización Mundial de la Salud recomienda”. Las prestaciones se incluirán en el Programa Nacional de Garantía de Calidad de la Atención Médica y en el PMO con cobertura total, junto con las prestaciones de diagnóstico, medicamentos y terapias de apoyo.
El último artículo del proyecto aclara que la muerte de los pacientes que hayan recibido la prestación de ayuda para morir “tendrá la consideración legal de muerte natural a todos los efectos, independientemente de la codificación realizada en la misma”.
Homenaje
Luego de las disertaciones se realizó un homenaje Ostropolsky, quien comenzó a sufrir los primeros síntomas en el 2017 y falleció el 13 de setiembre pasado. Abogado, ex subsecretario de Recaudación y Control en el Ministerio de Hacienda, durante el gobierno de Santiago Felipe Llaver y director del Banco Nación durante la presidencia de Fernando de la Rúa, llevaba una vida activa por aquellos años.
En febrero de 2017 notó que algo le pasaba. Las cosas se le caían de la mano derecha y no encontraba respuestas hasta que lo diagnosticaron con ELA, la misma enfermedad que padece Esteban Bullrich, la que acorraló a Roberto Fontanarrosa y la que hizo visible a Stephen Hawking.