Ante la creciente preocupación por los numerosos siniestros viales registrados en la última semana, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, calificó la situación de conductores alcoholizados como una “epidemia social”.
Durante una conferencia de prensa, Cornejo enfatizó la gravedad del problema y recordó que los controles de alcoholemia se han incrementado significativamente en calles y rutas de la provincia.
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“Las apariciones de tantos hechos de alcoholemia positiva configuran una epidemia social“, declaró Cornejo, subrayando que no se trata solo de un problema que debe ser abordado por el Estado y los gobiernos de turno, sino que también es responsabilidad de los ciudadanos.
“No le otorguemos tanto poder al Estado y a los gobiernos de turno sobre este problema, sino también traslademos la responsabilidad a las personas, que sabiendo que pueden cometer un delito, teniendo incentivos negativos, duros, como cárcel, siguen conduciendo ebrios”, sostuvo.
Por otro lado, el mandatario recordó el caso reciente de un sommelier que atropelló a un agente de tránsito de Godoy Cruz y a un policía de Mendoza. El acusado está actualmente detenido y su caso será el primero en ser elevado a juicio por jurado en la provincia. “Sabiendo que hay incentivos tan fuertes y negativos, sigue habiendo gente que maneja alcoholizada, con un límite de alcohol por encima del 0,5”, lamentó Cornejo.
Enfatizando la necesidad de una mayor responsabilidad social, Cornejo reiteró que los controles seguirán siendo estrictos. “También hay que devolver la responsabilidad a la sociedad, porque hemos incrementado los controles y han aparecido muchos más casos“, afirmó.
El gobernador detalló que se aplicarán dos leyes recientes para abordar el problema. Una, del Ministerio de Seguridad, y otra de la cartera de Salud, permitirán cobrar el costo de internación a los responsables de infracciones relacionadas con el consumo de alcohol al volante. “Vamos a seguir muy rígidos con los controles y aplicaremos estas leyes para enfrentar esta epidemia social“, concluyó Cornejo.
