El presidente Alberto Fernández dijo este miércoles que está “muy bien” de salud después del cuadro de gastritis erosiva con signos de sangrado que sufrió durante la cumbre de G20 en Bali, Indonesia, y contó que se trató de un problema que “arrastra” desde hace varios años y que a su regreso a la Argentina se hará estudios “más cuidadosos”.
El jefe de Estado reconoció que pasó “un mal momento que pasó rápido”, pero que lo obligó a “restringir la agenda” que tenía prevista cumplir en esta cumbre.
“Fue un mal momento. Tuve un problema estomacal que arrastro desde hace varios años pero que nunca se había manifestado con el sangrado“, declaró Fernández a Radio 10 desde Indonesia.
El jefe de Estado agregó que ese cuadro “me hizo bajar la presión muchísimo y me obligó a hacer un estudio en el estómago para ver si el sangrado había parado, y por suerte se detuvo rápido”.
En ese marco, el Presidente indicó que vivió “un mal momento que retrasó la agenda” y que “los nervios y el estrés tienen que ver también en esto”.
“Los médicos me pidieron que pare un poco, así que acoté algunas cosas que tenía, y en mi vuelta haremos estudios más cuidados, pero por lo pronto, la recuperación rápida y ese es un dato tranquilizador“, subrayó.
Además, confirmó que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo llamó ayer cuando se enteró que tuvo un problema de salud. “Estaba preocupada por mi salud, cosa que agradezco y valoro muchísimo“, señaló Alberto Fernández en relación a la ex mandataria.
Fernández sufrió un cuadro de gastritis erosiva con signos de sangrado tras el cual su evolución fue favorable, según el parte emitido por la Unidad Médica Presidencial, y firmado por el doctor Federico Saavedra. Ayer, en el marco de la bienvenida oficial, y tras la recepción se hizo en el lobby del The Apurva Kempinski Bali, el mandatario sufrió un episodio de hipotensión y mareos previo al inicio de la la Cumbre del G20.