
En una conferencia de prensa brindada este miércoles, el vocero presidencial Manuel Adorni comunicó una serie de decisiones que marcan un endurecimiento de la política migratoria en el país. “Argentina no será tierra fértil para la llegada de los delincuentes. Todos los condenados por cometer un delito serán deportados.

Según el funcionario, actualmente “ingresan casi dos millones de inmigrantes ilegales” sin controles suficientes. “Hoy entra casi cualquiera sin mediar preguntas y las condiciones de deportación son muy flexibles”.
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Entre los argumentos esgrimidos, el vocero citó el gasto estatal en salud pública, al sostener que “solo en 8 hospitales nacionales se gastaron 114 mil millones de pesos para atender extranjeros”. Además, remarcó que el país no está expulsando a quienes infringen la ley, lo que —según sus palabras— agrava la inseguridad: “Entran delincuentes, siguen delinquiendo y nadie hace nada. Con este Gobierno eso se termina”.



