El presente del hospital Lagomaggiore, al igual que el del sistema de salud público de Mendoza, no es el mejor. Recientemente, salieron a la luz graves irregularidades que tienen a maltraer a los empleados del nosocomio ubicado en el Parque General San Martín.
El Sindicato de Trabajadores Estatales Autoconvocados Mendoza (Sitea), elevó días atrás una nota a la oficina de Violencia Laboral, denunciando una serie de preocupantes hechos “por parte de los directivos y jefes del Hospital Luis Lagomaggiore, específicamente en el Servicio de Neonatología”.
El sindicato, que tiene entre sus filas al reconocido Julio Bellido, indicaron que “como sucede en todo el hospital, las jefaturas no son designadas por concurso (como fija la Ley) y ni siquiera por selecciones internas. Esto violenta el derecho a una carrera transparente para la gran mayoría de trabajadores y trabajadoras“.
Por otra parte, expresaron preocupación por los manejos que las autoridades disponen con el personal del centro de salud. Sostuvieron que “se toman sistemáticamente decisiones de sacar del servicio a personal con experiencia, sustituyéndolo por trabajadores y trabajadoras sin experiencia y con prestaciones”, motivo por el cual en muchos casos “el personal prestador nuevo se encuentra a cargo de los recién nacidos prematuros extremos, con fisiopatologías o malformaciones congénitas”.
Además, se quejaron por qué “se diagrama un personal antiguo y uno con poca experiencia en
terapia”, lo que lleva a estresar “notoriamente al personal antiguo”.
“Los docentes son pocos en relación a la demanda (en la mañana solamente 2 pero si tienen franco o licencia sólo 1 para todo el servicio)”, se lee en la nota que aterrizó en la redacción de News Online.
Por otra parte, se quejaron de que el personal nuevo tiene “poco tiempo de experiencia a cargo de pacientes graves e inestables”. Inclusive, subrayaron que estos nuevos agentes no tienen el merecido descanso “para una buena atención al neonato”.
Entre otras de las irregularidades, detallaron que hay “inexistencia de iluminación que ayude al control del descanso del neonato”, y destacaron que es común que se apaguen las luces en su totalidad “y al encenderlas son muy fuertes para la sensibilidad del paciente”.
E hicieron hincapié en “la falta de disponibilidad de las carpetas de historias clínicas“, un tema sumamente sensible y de gran importancia en la tarea cotidiana.
En otro de los puntos que destacaron en el documento, se quejaron de que el personal “es sometido a evaluaciones periódicas” por “fuera de todo marco legal, idicándoles, siempres de manera verbal, “que el resultado de dichas evaluaciones puede significar la pérdida del lugar de trabajo”, sobre todo a los profesionales “con prestaciones”.
“Se ha solicitado a la dirección del hospital por escrito las normas que dan fundamento a dicha práctica, sin que hasta el momento haya habido respuesta“, añadieron los informantes.
En cuanto a estas evaluaciones, precisaron que “se realizan sin otorgar a los trabajadores la fecha de la
evaluación con la suficiente antelación”. También, destacaron que las mismas “se realizan en pleno horario de trabajo, sin suspender las actividades del trabajador”.
Como si esto fuera poco, expresaron que “no se entrega certificación de examen ni de resultados”, y denunciaron que “no hay participación ni gremial ni del personal en el jurado” y “no existe instancia de apelación”.
En lo que respecta a “rotaciones de turnos y servicios”, dijeron que es “una práctica habitual”, y que complica en demasía a los empleados.
Resulta que muchos profesionales “se desempeñan en dos instituciones”, pero “los cambios inconsultos y permanentes llevan en muchos casos a tener que abandonar el otro trabajo, provocando daño económico y financiero”.
Por otra parte, denunciaron “el traslado de compañeros de manera intempestiva solo porque se han acercado a nuestros delegados por alguna cuestión”.
Y a fin de “llegar a una pronta solución que no conlleve una acción sindical directa”, es que pidieron que “se cite a una audiencia conciliatoria a la directora del hospital, Roxana Cabrera, y al subsecretario de Salud de la provincia, Oscar Sagas.
