Argentina ha bajado un 65% la cantidad de testeos diarios por coronavirus. Desde la primera semana de marzo y hasta el momento, solo se testean grupos priorizados. Esto desata una alarma ante una nueva ola ya que muchos casos positivos no son tenidos en cuenta.
La advertencia circula en torno a la subvariante de Ómicron BA.2. Lo que sucede es que al bajar los testeos, existe la posibilidad de que el aumento de la circulación de esa subvariante no sea registrado por el sistema de vigilancia.
Es importante aclarar que Ómicron BA.2 generó repuntes de casos de COVID-19 en Asia, Europa y ahora en América del Norte. Sin embargo, según el reporte de abril del Instituto ANLIS/ Malbrán, en la Argentina esta subvariante se encuentra en menos del 1% de las muestras de pacientes con coronavirus.
Actualmente hay 57 pacientes diagnosticados con Ómicron BA.2.
Según los análisis de vigilancia genómica predomina Ómicron BA.1, y hay muy poco de BA.2 al menos en las muestras de pacientes que llegan al instituto que depende del Ministerio de Salud de la Nación.
“En cuanto a los sublinajes de variante Ómicron se identifica fundamentalmente BA.1 y BA.1.1 mientras que BA.2 representa menos del 0.5% de las muestras secuenciadas”, aclararon en el reporte.
Más allá de los reportes que emite el gobierno, el problema es que existe la posibilidad de que haya más casos de Covid-19 con esta subvariante pero que no se estén notificando ni analizando.
En diálogo con Infobae, Mariana Viegas, investigadora en virología del Conicet en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires y coordinadora del Proyecto País, el consorcio de vigilancia genómica del coronavirus del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, expresó:: “En los pocos casos que estamos analizando semana a semana, se detecta Ómicron BA.2 entre el 25% y el 50% de las muestras de la ciudad de Buenos Aires. Así es el rango por el bajo número de casos que se envían a secuenciar y el intervalo de confianza da amplio”.
Por otro lado, días atrás la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne pidió que se sigan haciendo pruebas y evitar “entrar en la próxima ola a ciegas”. “Una y otra vez, hemos visto cómo la dinámica de la infección en Europa se refleja aquí, apenas unas semanas después”, expresó la empleada de la OPS.
También habló del tema Humberto Debat, investigador en virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Universidad Nacional de Córdoba. El experto comentó: “BA.2 es dominante en buena parte del globo y es esperable que eventualmente pueda remplazar en nuestra región a BA.1 si se tiene en cuenta su ventaja a nivel de transmisibilidad. Independientemente de los linajes dominantes, la Argentina acompaña una situación epidemiológica favorable a nivel mundial caracterizada por una baja circulación viral y un número relativo de fallecimientos”.
Desde ahora en adelante será más difícil seguir el minuto a minuto del coronavirus y sus subvariantes en el territorio argentino. No se hará testeos en todos los que presenten síntomas, sino que solo lo recibirán determinados grupos: personas mayores de 50 años y con condiciones de riesgo; poblaciones especiales que residan, trabajen o asistan a instituciones carcelarias, instituciones de salud, centros con personas institucionalizadas, y personas que trabajen o presten cuidado a personas vulnerables.
También los testeos se pueden hacer en personas con antecedente de viaje en últimos 14 días a una región en la que esté circulando una variante de interés o de preocupación que no esté circulando en el país; personas con enfermedad grave (internados), o fallecidos y casos inusitados; y en ocasión de la investigación y control de brotes.
Infobae le consultó a Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica que podría pasar en las próximas semanas con el avance del coronavirus: “El sublinaje Ómicron BA.2 puede aumentar en su circulación en la Argentina, pero no impactaría gravemente como lo han hecho antes otras variantes”.
Y agregó: “En este momento, en la Argentina se debería seguir aumentando la vigilancia genómica, e implementar estrategias de vacunación contra el COVID-19 para grupos específicos, como inmunocomprometidos”.
