A raíz del conflicto bélico en Ucrania por la invasión de Rusia, la economía global sufre y Argentina no está exenta.
Según consignó la Agencia EFE, Argentina es uno de los mayores productores y exportadores globales de granos sacará réditos comerciales de los disparados precios del trigo y el maíz, productos de Rusia y Ucrania.
Sin embargo, este beneficio podría verse acotado por los menores volúmenes de cosecha que por factores climáticos se esperan para Argentina y por el indeseado efecto de la elevada inflación.
“En el corto plazo vamos a tener más inflación. Pero mientras los países vecinos parten de tasas de inflación menores a un dígito, Argentina parte de un piso del 50 % anual y no estará lejos del 60%”, destacó Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting.
Mayor costo energético
Uno de los mayores dolores de cabeza que el conflicto bélico trae para Argentina en términos económicos es la fuerte subida en los precios de los hidrocarburos y, en particular del gas natural licuado (GNL).
Argentina es productor de petróleo y gas, pero su actual producción es insuficiente para abastecer la demanda interna, por lo que importa gas natural de Bolivia (cuyos envíos son cada vez menores) y GNL con costosos embarques desde diferentes partes el mundo, particularmente durante el invierno.
Por lo demás, la colosal formación de Vaca Muerta, la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo, ha comenzado su incipiente desarrollo masivo a un interesante ritmo, pero Argentina aún no es capaz de abastecer por completo la demanda interna y de sus vecinos.
Por eso, Argentina se ve obligada a importar GNL, un energético cuyos precios se han disparado ante los temores de problemas en la cadena de suministro de gas y petróleo desde Rusia, uno de los mayores productores mundiales de hidrocarburos.
El acuerdo con el FMI
Estas proyecciones representan un grave problema para Argentina, en momentos en que el país, busca la aprobación definitiva del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los compromisos con el Fondo incluyen reducir el déficit fiscal, entre otras vías, mediante un recorte a los abultados subsidios que paga el Estado en el sector del gas y la electricidad, una meta que se ha vuelto más desafiante desde el estallido de la guerra en Ucrania.
“El FMI hace hincapié en descongelar las tarifas para bajar los subsidios. El aumento de precios del gas complica aún más a Argentina“, dijo Piazza.
Según el acuerdo anunciado este jueves, Argentina aumentará en forma segmentada las tarifas.