El Ejercito ruso llegó este miércoles a Járkov, la segunda ciudad de mayor importancia en Ucrania, en el séptimo día de la invasión impulsada por Vladimir Putin.
En Kiev, un salvaje ataque contra la torre de la televisión, dejó como saldo cinco muertos y cinco heridos. Las autoridades locales se encuentran en alerta por un gran asalto, luego de conocerse imágenes de satélites de un convoy ruso de más de 60 kilómetros de largo al norte de la ciudad. La prensa ucraniana informó de nuevas explosiones por la noche en la capital y en Bila Tserkva, unos 80 kilómetros al sur. Además, el servicio de urgencias informó de un bombardeo sobre zonas residenciales en Zhytomyr (266.000 habitantes), al oeste de Kiev, con dos muertos y tres heridos.
En la zona sur, además de la toma de Jersón, el ejército ruso indicó en la víspera que había tomado contacto entre las tropas que avanzan desde la anexionada península de Crimea y las milicias de los separatistas prorrusos del Donbás, una información que no pudo ser verificada pero que sería un logro clave para sus fuerzas.
En medio de estos dos territorios resiste la ciudad portuaria de Mariúpol, que se encuentra sin electricidad por los bombardeos, que ya dejaron más de cien heridos.
El alcalde de Járkov, Ihor Terekhov, se refirió al bombardeo ruso que dejó al menos 4 muertos este miércoles: “Járkov es una ciudad de habla rusa. Una de cada cuatro personas en Járkov tiene familiares en la Federación Rusa”, expresó en un video publicado por Reuters.
“Pero la actitud de la ciudad hacia Rusia hoy es completamente diferente a lo que fue antes. Nunca esperábamos que esto pudiera suceder: destrucción total, aniquilación, genocidio contra el pueblo ucraniano, esto es imperdonable”, agregó.