Ya son más de 1.600 los casos de la viruela del mono en todo el mundo, motivo por el cual científicos de todo el planeta investigan minuciosamente el comportamiento del virus que la causa.
Habitualmente, especialistas evalúan el impacto del patógeno en los distintos grupos etarios y en personas en situaciones de vulnerabilidad, como por ejemplo las embarazadas.
Recientemente, la revista especializada en ginecología y obstetricia Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, reveló consejos para que las embarazadas puedan prevenir la enfermedad y transitarla de la mejor manera posible en caso de contraer el virus.
En una de sus publicaciones, los científicos expusieron sobre cuáles son los mejores métodos para evitar una posible infección en el momento del parto, incluyendo los casos en los que este se realiza por cesárea. En tal sentido, explicaron que el virus puede transmitirse de la madre al bebé a través de la placenta, lo que resulta en una viruela del mono congénita.
Para respaldar su tesis, los especialistas citaron un estudio realizado en la República Democrática del Congo entre 2007 y 2011, donde cuatro mujeres embarazadas contagiadas ingresaron a un hospital para tratarse. De las cuatro, tres perdieron a su feto, mientras que la cuarta dio a luz a un bebé sano.
Además, de las tres mujeres que sufrieron la pérdida del embarazo, dos de ellas tuvieron la enfermedad de moderada a grave en intensidad y abortaron en el primer trimestre. La tercera perdió al feto a las 18 semanas tras una infección moderada.
Igualmente, el estudio no es tan desalentador, ya que expresa que si las mujeres embarazadas reciben tratamiento adecuado a tiempo, es probable que logren un parto sano y un desarrollo normal del bebé en los primeros años. Para que esto sea posible, las condiciones sanitarias del parto tienen que ser buenas y deben cumplirse los protocolos ante una infección de este tipo.
Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que el riesgo de la viruela del mono para el público en general es bajo y la mayoría de las personas se recuperan por completo sin tratamiento, el organismo alertó que los recién nacidos y los niños pequeños tienen mayor riesgo de enfermarse de forma grave.
Afortunadamente, hasta ahora no se han dado muertes en los países no endémicos. A pesar de esto, la OMS analiza declarar la emergencia sanitaria y cambiar el nombre oficial de la enfermedad para evitar cualquier tipo de discriminación, racismo y estigmatización.