Una mesera de un restaurante ubicado en el estado de Texas, en Estados Unidos, conocida coima Emily Bauer, se sorprendió al recibir una propina de 2 mil dólares, pero la sorpresa fue aún mayor cuando se enteró que por políticas del lugar no podría quedarse con nada.
A penas lleva dos semanas trabajando en el Red Hook Seafood and Bar, y contó en medios locales que el domingo, se vio obligada a disculparte con varios comensales por la lentitud en el servicio que prestaba.
No obstante, un hombre dueño de tres restaurantes vio aquella situación y decidió cancelar la orden y dejarle la propina a la mesera: “¡Feliz Navidad! ¡Sigue trabajando duro!” escribió el generoso comensal.
Cuando se encontró con esa situación, Bauer se ilusionó con gastar ese dinero en sus hijos. “Nunca he tenido una Navidad en la que haya tenido la oportunidad de derrochar en ellos” aseguró.
Sin embargo, esta trabajadora no pudo recibir absolutamente nada ya que las políticas administrativas del restaurante no permiten procesar propinas de más de 500 dólares.
De todas formas, una vez que la historia se hizo mediática, Red Hook Seafood and Bar culminó pagándole la propina entera.