La Pampa insiste: jura que Mendoza le roba el agua del Atuel. Lo dicen los funcionarios, en público y en privado.
Incluso los diarios de esa provincia insisten en decirlo, como si fuera una verdad revelada.
Por caso, este sábado, diario La Arena, house organ del gobierno pampeano, hace toda una nota editorial en la cual vuelve a la misma cuestión.
“La fotografía de la laguna Urre Lauquen seca es un documento que prueba por sí solo el dramático robo de dos ríos que sufre La Pampa desde hace casi un siglo”, arranca la nota en cuestión.
E insiste: “No estaría mal que el gobierno provincial le haga llegar esa fotografía a los ministros del Interior y de Ambiente e incluso al propio Presidente de la Nación. Sería una forma novedosa y a la vez elocuente de enterarlos acerca de la catástrofe ambiental que el territorio pampeano viene padeciendo desde hace tanto tiempo. Ninguno de ellos podría esquivar la mirada ni eludir la responsabilidad que tienen -como representantes supremos del Estado nacional- frente a un larguísimo conflicto que enfrenta a varias provincias argentinas”.
Para La Arena, en el caso del río Atuel hay dos circunstancias categóricas por las cuales la Nación está directamente involucrada: “La primera fue la construcción del complejo Los Nihuiles en la década de los años cuarenta del siglo pasado que cortó definitivamente la llegada del agua a nuestra provincia. Esa obra no fue realizada por Mendoza sino por el gobierno central, con un agravante: en esos años La Pampa era aún territorio nacional y no tenía autonomía política, por lo tanto fue evidente que Nación no hizo valer su potestad para defender los intereses pampeanos ante el avasallamiento que implicó el corte definitivo de un río interjurisdiccional”.
La segunda circunstancia, para el mismo diario, es la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenando a Mendoza que permita el ingreso a nuestra provincia un caudal mínimo de 3,2 metros cúbicos por segundo del río Atuel: “Han pasado cuatro meses de esa resolución del máximo tribunal judicial del país y los cuyanos se permiten ignorarla y siguen actuando como si nada hubiera sucedido. En las reuniones de la CIAI sus representantes se niegan terminantemente a hablar del tema y solo aceptan dialogar a regañadientes sobre asuntos de interés secundario.
Con respecto al otro río, el gran colector Desaguadero-Salado-Chadileuvú, son varias las provincias responsables de su degradación a un hilo de agua hipersalina. En todas ellas hay represas levantadas con recursos nacionales que, en lugar de regular provechosamente los caudales de ese río y sus tributarios, terminaron por cortar casi definitivamente los escurrimientos”, sugiere La Arena.
Y culmina: “El gobierno nacional debe entender que no puede seguir dilatándose una solución a este conflicto pues el daño ambiental se agrava día a día, como lo muestra la imagen de la laguna seca. No hay otro antecedente de esta magnitud en todo el territorio nacional por causa de la acción de unas provincias en contra de otra”.
Como diría Raúl Alfonsín: “Un psicólogo a la derecha”.