Este martes, el Gobierno de la provincia de Mendoza auditó clínicas privadas del departamento de San Rafael y concluyó que no habían realizado las inversiones que se necesitaban para amortiguar la demanda requerida en el marco de la pandemia del coronavirus.
El encargado de llevar adelante esta medida fue el subsecretario de Salud, Oscar Sagas y, el objetivo principal, fue analizar la rotación de camas con las que cuentan los efectores privados.
El resultado de esta auditoria dejó a la vista la falta de inversión y recurso humano, como así también la falta de auxilio por parte de financiadores tales como el Programa de Atención Medica Integral (PAMI).
“Hay camas en la parte privada pero hay que gestionar mejor. Puede haber algún tema con el oxígeno, se podría adquirir mayor cantidad de tubos. El Schestakow tiene cobertura del Estado y recibe pacientes de muchas obras sociales, la mayoría son de PAMI, que no tienen la respuesta que debería tener el sector privado”, comento Sagas.
En ese sentido, remarcó que “el martes se hizo una recorrida por las clínicas y es cierto que en este último tiempo no ha habido una inversión en el sector privado como sí lo ha hecho el público. En esto, los financiadores tienen algo de parte porque, evidentemente, cuando los pagos no se hacen en tiempo y forma o los plazos no son los acordados, las clínicas se van desfinanciando”.
“Desde la Comisión Intersectorial, nos juntamos y discutimos todas estas cosas porque tenemos que interactuar el subsector público con el privado para poder llevar adelante todas las políticas sanitarias, fundamentalmente contra COVID-19”, añadió al respecto.
“Estamos haciendo visitas periódicas a todos los departamentos de la provincia para ver cuál es la situación real. También estuvimos en el Hospital Schestakow, un lugar que posee 360 camas, con 200 camas con boca de oxígeno. Eso significa que están exclusivamente para COVID y que reciben pacientes con neumonías moderadas a graves”, resaltó el funcionario provincial.
Por tanto, señaló que “el hospital evidentemente está tensionado, pero sigue dando respuesta gracias a esta ampliación de camas. Cuando la pandemia empezó, teníamos 10 camas de unidad terapia intensiva y hoy contamos con 26 de unidades críticas con respiradores, con monitores, con bombas infusorias. Aparte de eso, se hace soporte con asistencia respiratoria en un vacío con cascos y cánulas de alto flujo”.
“Otra cosa que puede llegar a confundir son las guardias, que se comportan como servicios donde hay camas de terapia intensiva, hay boxes donde se interna gente y hay una preinternación”, aclaró.
Por último, Sagas indicó que “todos estos pacientes están atendidos por un médico o una enfermera. Muchos tienen un respirador, camas con tubos de oxígeno y lo necesario para ser atendidos. Si se llegaran a complicar, escalarán a una situación superior o volverán a su domicilio. Es decir que hoy el hospital tiene capacidad de respuesta aunque, por supuesto, sigue tensionado el sistema”.
Respecto de la situación pandémica en la provincia, aseguró que, si bien Mendoza se encuentra en una meseta alta de contagios, el sistema de salud provincial viene dando una respuesta satisfactoria.
“Ha habido una fuerte inversión por parte del Estado provincial, incluso en la parte privada y esto es lo que ha permitido, al día de hoy, seguir sin mayores dificultades e internando gente. Hay una parte que es elástica y otra que no, depende de la estructura de cada institución, pero siempre pensando en que hay que ir abriendo mayor número de camas para dar respuesta”, expresó.
El subsecretario de Salud resaltó que “desde abril empezamos con la campaña de invierno, y ya estamos vacunando con la antigripal. Esto ha sido muy importante porque ha llegado a las personas de mayor riesgo, como los pacientes obesos, hipertensos, con problemas cardíacos y mayor edad, en geriátricos, las embarazadas”.
“Al tener vacunación evitamos las formas graves y se va protegiendo el sistema. Por otro lado, todavía hoy existe poca circulación de virus respiratorios tipo influenza, que se da más en los niños, mientras que COVID se da poco en esas edades. Entonces tenemos preparados los servicios de pediatría por cualquier eventualidad en cuanto a las patologías de invierno”, culminó.
“Ya no me banco más la despedida telefónica antes de intubar al paciente”