Tras recuperar la casa, los hermanos Etchevehere se encontraron el inmueble destruido

Además señalaron que hallaron un altar del Guachito Gil en un rincón de la propiedad.

Luego de recuperar Casa Nueva, en Santa Elena, los hermanos Etchevere se encontraron con importantes daños en la parte interna de la propiedad, que ocuparon durante 15 días los militantes respaldados por Juan Grabois.

En un artículo publicado por La Nación, señalaron que ellos, se fueron a dormir juntos a una sala en colchonetas y bolsas de dormir porque los dormitorios “habían quedado en un estado deplorable”.

Hoy por la mañana, en momentos en que se preparaban para ordenar el inmueble, Luis Miguel Etchevehere manifestó que lo de las carpas de los militantes para acampar fue mentira, y que “los 34 ocupantes habían usado la ropa blanca del campo y que durmieron en los dormitorios”.

Y siguió: “A partir de ahora vamos a ponernos manos a la obra para reconstruir lo que destruyeron en 15 días. Es como al día siguiente de una inundación en donde los productores en el campo vuelven a empezar”.

En horas tempranas de este viernes, dos mujeres del pueblo acudieron al lugar con la intención de ayudar a Ramona a limpiar en profundidad la casa. Mientras iban recorriendo los espacios del inmueble, y aprovechando la luz solar, fueron encontrando más destrozos y faltantes.

“Además de las barandas rotas de la galería, que pareciera que las pisaron para saltar, hay varias celosías destruidas porque violentaron los postigos desde afuera para poder entrar. En el parque realizaron unos pozos para construir un horno de barro que quedó a medio hacer. Hasta levantaron en un patio interno un altar del Gauchito Gil”, relataron con asombro.

El ex ministro de Agricultura, añadió que en otro de los sectores de la casa donde observaron destrozos fue la cocina, en donde directamente arrancaron el bajomesada. Como si esto fuera poco, agregó que los juguetes de madera que guardaban de sus hijos y varios estantes pareciera que los prendieron fuego porque desaparecieron.

Sin embargo, lo que más lamentaron desde la familia es que los ocupantes robaron un cuchillo del padre que ellos conservaban como recuerdo. “Es triste ver cómo han mancillado el lugar donde nuestro padre escribía sus notas y recibía a su gente”, indicó el ex funcionario.

Sobre los deterioros productivos, Etchevere expresó que el daño económico es importante. “Las pasturas que estaban se pasaron. Si bien el tambo que tenemos es chico, se sacan entre 600 y 800 litros por día, el no ordeñar las vacas en forma continua les produjo mastitis a algunas y en un rato está llegando el veterinario para evaluarlas”.

En otro pasaje de su relato, comentó que luego de las buenas lluvias caídas en la zona, era un buen momento para sembrar y no se pudo hacer.

“Se atrasó la siembre del sorgo forrajero y granifero, del maíz, y de grama rhodes para pastoreo”, enfatizó.

Con respecto de la huerta agroecológica que habían realizado los integrantes del Proyecto Artigas que apoya Juan Grabois , Etchevehere opinó que eso se trató de “otra parte del relato porque no sembraron nada y solo trajeron plantines de un vivero y los enterraron”.

Sobre el cierre, el ex ministro consideró que el desalojo de Casa Nueva y el de Guernica sirvió como punto de inflexión “en donde la Justicia protegió y defendió la propiedad privada”.

 

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