Griselda Blanco, periodista correntina, fue encontrada muerta en la localidad de Curuzú Cuatiá. El hallazgo ocurrió este sábado en su domicilio. Las autoridades investigan si se trató de un homicidio, el cual se intentó pasar como que Blanco se quitó la vida.
Las pericias indican que la periodista, de 45 años, tenía signos de golpes en el rostro y había manchas de sangre en los alrededores. Además, las señales apuntan a que habría sido torturada, motivo por el cual se estima que podría tratarse de un caso de homicidio encubierto.
Sus colegas denunciaron que en los días previos había recibido amenazas de todo tipo, luego de denunciar un caso de mala praxis en un hospital provincial.
Una horas antes del trágico desenlace, Blanco publicó un mensaje en referencia al caso de Débora Serrano. La mujer murió en el Hospital Civil Fernando Irastroza de Curuzú Cuatiá y la periodista denunció mala praxis.
En su perfil de Facebook hacía denuncias de casos policiales de su comunidad, como venta de drogas y abusos. Desde sus distintas redes sociales, donde tenía más de 7.000 seguidores, hacía programas de radio y otras campañas.
“Nunca dejaste a las personas de bajo recursos sin ayudar siempre solicitaste ayuda para los más necesitados siempre estuviste cuando alguien te escribía pidiéndote algo siempre muy humilde y de gran corazón por esa personalidad que tenías la gente te quería y te apoyaba. Descansa tranquila al lado de Dios y fuerza a tus familiares Griselda Blanco. Que en paz descanses”, la despedían en Facebook. Otros también compartían los distintos audios de amenazas que había recibido, y que ella se tomaba con humor.
Por la muerte fue aprehendido su ex pareja, Armando Jara, quien se desempeña también como periodista y con quien Blanco trabajaba, señalaron las fuentes.