Desde que se iniciaron los viajes espaciales, el ser humano vio representado en cada uno de los cohetes que cruzaban la atmósfera terrestre un sueño cumplido; lo imposible haciéndose realidad. Sin embargo, en el mismo momento en que se cumple un deseo, nacen mil más, y para la humanidad uno de ellos es tener una conexión mucho más cercana y posible para todos con el espacio sideral.
En ese pensamiento, las naves espaciales ya no serían la única opción existente para salir de la Tierra, sino que un elevador sería la forma de interconectar el planeta con lo que hay más allá de este. Desde hace varias décadas, los científicos han venido hablando del Space Elevator, un ascensor espacial que transportaría sin necesidad de cohetes, gases u otro tipo de contaminantes extremos, a hombres y mujeres hasta la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
¿Cómo funcionaría?
Aunque parezca un concepto imposible de efectuarse, la ciencia considera que, con el tiempo, podría llegar a ser uno de los mayores hitos de la humanidad, tal como lo fue el alunizaje del Apolo 11 en 1969. Sin embargo, aún hay varios obstáculos que superar.
“Estamos hablando de ataduras súper altas y súper delgadas que transportan personas, satélites y otros bienes a la órbita terrestre alta en cabinas de elevador del tamaño de trenes. Si los científicos e ingenieros que han estado teorizando sobre el ascensor desde la década de 1960 tienen razón, entonces este es el método más ingenioso jamás ideado para escapar de nuestro pequeño y pegajoso pozo de gravedad, que es responsable de al menos el 90 por ciento del costo de llegar al espacio”, explica el medio especializado Mashable.
Así las cosas, lo que se necesitaría, en términos generales, es un cable sujeto a un ancla en la Tierra, lo suficientemente fuerte para que pueda transportar una cabina (como de elevador), hasta una estación que haga contrapeso en el espacio.