La Junta Médica convocada en la causa por la muerte de Diego Maradona concluyó que el astro pudo haber tenido “chances de sobrevida” de haber contado con una adecuada internación domiciliaria, y calificó al accionar médico en el caso como “inadecuado, deficiente y temerario”.
Así surge de un informe de más de 70 carillas elaborado por once peritos que dan respuesta a más de 20 puntos de pericia, y que el lunes será entregado a los fiscales de San Isidro que investigan la muerte de Maradona, ocurrida el 25 de noviembre pasado.
“Según las buenas prácticas médicas y una vez resuelta la patología aguda que dio origen a su internación en Clínica Olivos (hematoma subdural) y considerando el cuadro clínico, clínico-psiquiátrico y el mal estado general, debió haber continuado su rehabilitación y tratamiento interdisciplinario en una institución adecuada”, concluyó la Junta, sobre el alta médica avalada por el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.
En esa línea, los peritos son determinantes al asegurar que desde que Maradona fue internado en La Plata y luego en Olivos no estaba “en pleno uso de sus facultades mentales, ni en condiciones de tomar decisiones sobre su salud” y dictaminaron que la muerte fue al menos doce horas antes del 25 de noviembre al mediodía ya que “presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado”, todo ello “habiendo una falta de control desde las 0.30 horas” de ese día más allá que su entorno y los médicos lo advirtieron cerca del mediodía.
Sobre ese punto, los médicos dijeron que “fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba” Maradona y al respecto tuvieron en cuenta los whatsapp obrantes en la causa donde en uno de ellos el kinesiólogo Nicolás Taffarel le decía a Luque: “la semana pasada les dije que había que levantarlo porque podía hacer un edema de pulmón”.
También es contundente sobre la actuación de los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Madrid: esta última ni siquiera lo veía porque Maradona la había echado y era quien estaba la jornada del 25: “Se encuentra plagado de deficiencias e irregularidades” y no hubo “correctos controles y asistencia por parte médico-asistenciales, de enfermería y acompañantes terapéuticos ni en tiempo ni en forma”, dice la Junta al respecto.
En esa línea también es incluido el accionar del psicólogo Carlos Díaz, ya que “no existen constancias de atención psicológica en el domicilio, luego de la externación de Olivos”, cuando las mismas eran “indispensables para el adecuado tratamiento de la patología que presentaba Maradona”.
“La internación domiciliaria post externación no fue tal, ya que no existieron los lineamientos mínimos de tal internación en un paciente de la pluripatología compleja que presentaba Maradona”, dijo sobre ese punto solicitado por fiscalía.
Una de sus últimas conclusiones es demoledor:a “El equipo médico tratante se representó cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente, siendo absolutamente indiferentes a esa cuestión, no modificando sus conductas y plan médico/asistencial trazado, manteniendo las omisiones perjudiciales precedentemente apuntadas, abandonando a la suerte el estado de salud del paciente”.
Esto contribuye a la hipótesis de los investigadores de agravar la acusación del expediente donde hoy se investiga como homicidio culposo, esto es una mala praxis, a un delito de homicidio simple con dolo eventual que implica que se representaron el resultado y nada hicieron.
También pone la lupa sobre la medicación psiquiátrica ordenada por Agustina Cosachov, puesto que los peritos estiman que no se puede descartar que “esta medicación no haya influido en el desenlace fatal, ya que no se realizaron en los últimos 14 días previas al deceso, controles cardiológicos ni de laboratorio”.