Marcos Graín, de 36 años, comenzó nuevamente a ser juzgado por la violación y muerte de Paula Toledo en San Rafael, que al momento del hecho tenía 19 años. El hecho ocurrió el 30 de octubre de 2003.
El hombre, que en un primer momento fue absuelto por “falta de pruebas” por un tribunal oral, después fue sometido a un nuevo debate por la Suprema Corte provincial, ya que entendieron que existió el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado, seguido de muerte”.
Graín respondió las preguntas de sus abogados defensores, de la fiscalía y de la querella, aunque en ausencia de Nury Ribotta. Esta última, por ser testigo en la causa, tuvo que retirarse de la sala a pedido del tribunal.
Entre sus primeras palabras, narró: “El 30 de octubre tuve contacto con Paula Toledo hasta las 19.30, fumamos un cigarrillo juntos y luego me fui a mi casa donde me quedé con mis padres, me enteré de la muerte al otro día“.
Y siguió: “Conocí a Paula un mes y medio antes de su muerte, fue compañera del colegio de mi hermana, entablamos una relación de amistad, tuvimos sexo tres veces pero no éramos novios, ella me contaba que tenía problemas con su hermano porque no le gustaba que estuviera conmigo y un grupo de amigos que teníamos y además me dijo que era mala la relación que tenía con su madre”, al tiempo que agregó que “la madre a Paula la trataba de loca y atorranta”.
El hombre recientemente juzgado, expresó que “Paula iba todas las tardes a mi casa, se quedaba con mi mamá charlando, era una chica linda, simpática, compañera y buena persona”.
También intentó desligarse del lugar en donde murió la joven. “No frecuentaba la casa donde ocurrieron los hechos que terminaron con la vida de Paula, solo fui un par de veces a trabajar porque la casa era de su amigo Baigorria que la iba a restaurar”, y añadió que la única vez que estuvo en esa propiedad fue una de las veces en la que ambos tuvieron sexo.
En otra de sus palabras ante el tribunal, detalló que “el grupo de amigos lo conformaba Muñoz, Torres, Maravilla, Bordón, Yañez y otros más. Con los Echegaray y Gauna no me juntaba, los hermanos tenían problemas con Torres y por ese motivo el contacto era solo un saludo cuando nos veíamos por la calle”. También manifestó que la joven mantuvo relaciones sexuales con Torres y Muñoz, situación que Graín no le molestó, según su relato.
Intentando echar por tierra el noviazgo, manifestó que a ellos los unía un vínculo especial.
Apoyándose en un mapa y con una asombrosa precisión, describió donde vivían cada una de las personas que formaban parte del círculo de amistades que frecuentaba Toledo, como así también las personas que fueron imputadas por el crimen Víctor “Poroto” Echegaray, Alejandro Hechegaray e Iván “Colita” Gauna.
Al momento de ser consultado por el crimen, Graín enfatizó: “Estoy tranquilo, siempre estuve a derecho, yo soy inocente, no estuve en ese lugar”.
Sobre como recibió la noticia de la muerte de la mujer, explicó que “me enteré por mis padres y mi hermano, me preguntaron si Paula tenía un buzo gris y les dije que sí”.
Aparentemente Graín no se arrimó al lugar donde dieron con el cadáver. “Recién a la tarde del 31 me confirmaron que era ella la chica asesinada”.
Uno de los datos que más llamó la atención, fue cuando confesó que a los días del hecho se encontró con los hermanos Echegaray, quienes le dijeron que “en ese lugar se habían mandado un moco”, y si bien no los nombró, expresó que estos le hicieron saber que se les había ido la mano.
En su defensa, dejó en claro que aquella recordada noche sanrafaelina se encontraba en su casa, pero que luego tuvo contactos con Baigorria y con Cristian Torres
También manifestó que recibió presiones por parte de la policía, que le habrían pedido que incriminará a los Echegaray y también criticó la tarea de los abogados, ya que “no puedo asegurar quién fue el que mató a Paula”.
“Fui una sola vez a la casa de Paula a buscar un cassette que me iba a prestar, su mamá salió y me corrió a escobazos”, insistió.
Al finalizar, narró:” Quiero que se sepa la verdad, que Paula pueda descansar en paz, soy inocente, esto va a quedar como que nadie la mató, no tuve participación en el crimen, no la vi esa noche”.
Este es el segundo proceso que al que Graín se enfrenta como imputado en la causa. En el primer juicio no estuvo, el segundo se anuló y en este quedó como único imputado tras una resolución de la corte provincial.
Una vez que Graín fue retirado de la sala, ingresó el médico forense Francisco Talío que estuvo al frente de la necropsia correspondiente. Antes de someterse a las preguntas técnicas sobre las heridas que descubrió en el cuerpo de Toledo, anticipó que “en la realización de la autopsia, he cumplido con todo el protocolo de cabo a rabo”.
Al galeno no se lo interrogó sobre la metodología utilizada, ya que está siendo investigado por eso en otra causa y para preservar su principio de inocente, los jueces solicitaron que las preguntas tuvieran relación con el estado del cuerpo de la víctima.