La situación está cada vez peor. La insoportable inflación y la pérdida del poder adquisitivo en los salarios llevó a los supermercados a tener que agudizar el ingenio.
Por estas horas, las personas van tras el mejor precio y han optado por ponerse más selectivas a la hora de recorrer las góndolas.
Debido a esto, los consumidores optan por marcas más económicas o dejan de comprar algunos productos. Según dio a conocer la consultora NielsenIQ, esta tendencia empezó a notarse hacia finales de 2023. Además, se observó un crecimiento en las ventas de las marcas propias de los supermercados, que se fortalecieron entre diciembre y enero de este año. Los mayores saltos se registraron en los rubros de “alimentos”, “cosmética” y “tocador”.
Sumado a estas tendencias, la consultora destacó que los argentinos migraron de “productos premium” a los más económicos, específicamente, en el caso de las compras de bebidas, alimentos, limpieza y cosmética.
Pero más allá de los distintos cambios en los hábitos de las personas, las consultoras privadas ya advierten que el consumo está mostrando un fuerte retroceso. Por ejemplo, la canasta que analiza mes a mes NielsenIQ mostró una caída del 18,9% en febrero.