Llegó el día. Este lunes, Horacio Rosatti se hará cargo del Consejo de la Magistratura. Tal cual han expresado públicamente, este movimiento es resistido por parte del Gobierno nacional, y sobre todo por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Este movimiento tampoco le cae para nada bien a Sergio Massa, titular de Diputados. El líder del Frente Renovador no quiere saber nada con la designación de dos representantes parlamentarios, con el objetivo de que el Máximo Tribunal no funcionar.
Además, hace fuerza para que dicho organismo vuelva a ser controlado por algún aliado al kirchnerismo, algo que también pretende CFK.
Hoy, con el plazo para una ley ya vencido, el Máximo Tribunal deberá tomar una línea de acción, pero antes que nada, decidir que hará con el fallo de Entre Ríos, mientras el oficialismo resiste en el Congreso de la Nación.
Si no se avanza en el tema, la consecuencia directa es que el Consejo no podrá designar ternas de jueces, sanciones disciplinarias o comenzar juicios políticos a magistrados, aunque si podrá implementar acciones administrativas.
La importancia del Consejo de la Magistratura
El Consejo de la Magistratura es de suma importancia para conservar la influencia en la designación de jueces. Además, es clave para el futuro de Cristina Fernández de Kirchner, ya que el organismo podría complicar en demasía a la titular del Senado, a sus ex funcionarios y a su familia.
Actualmente el consejo de la Magistratura, entre los que destacan tres diputados, tres senadores, tres representantes de los jueces, dos abogados, un académico y un miembro del Ejecutivo.
A partir de este lunes, el organismo deberá volver a su vieja composición de 20 miembros y, tal como ocurrió hasta el año 2016, la presidencia quedará en manos del titular de la Corte Suprema, designación con la que no quiere saber nada Cristina Kirchner.