¿Qué comemos cuando comemos?

Durante las últimas horas, se volvió a cuestionar los controles bromatológicos que llevan a cabo desde el gobierno.

Con el paso de los años y la vorágine que día a día desanda cualquier persona, lleva a que muchas veces nos inclinemos por la comida hecha o de rápida cocción.

Habitualmente, la mayoría de los que peinan canas, suelen expresarse en contra de ese tipo de alimentos o de “ comida chatarra”, criticando la calidad de los insumos utilizados para su elaboración o también aduciendo que en tiempos pasados todo se hacía en casa, con lo producido por las propias manos de familiares o de personas abocadas a producir desde conservas, embutidos y cualquier otra delicia que se presente.

Es cierto que la crisis económica llevó a que muchas empresas del rubro, en su afán por vender más y a bajo costo, recorten, o directamente no utilicen, insumos de vital importancia para que el producto terminado reúna las características obligatorias para poder ser comercializado reglamentariamente.

Hace algunas semanas, quien escribe estas líneas, contó en MTN cómo una familia platense aseguró haber encontrado un roedor dentro de una caja de puré de tomate. Aberrante.

De hecho, una firma mendocina se vio involucrada y la justicia la siguió de cerca para conocer en profundidad qué es lo que había ocurrido.

Con el paso de las horas, un informe exhaustivo reveló que “se pudo determinar que los mismos corresponden a estructuras vegetales de diferentes orígenes e incluso a partes diferentes de plantas tales como sámara, semilla de maní, pasto”.

Además, por ese entonces, señalaron que  “se han observado también estructuras compatibles con pelo de origen desconocido”.

La empresa que se vio en el ojo de la tormenta es Molto, una entidad sanrafaelina y que ya cuenta con antecedentes similares.

Ver: Qué dice el informe fisicoquímico sobre el puré de tomate Molto en el que se halló una rata

Durante la última semana trascendió públicamente, e inundó las redes sociales, canales de televisión y cientos de redacciones, la novedad de que un maipucino y seis mascotas habían muerto tras comer milanesas en mal estado.

Una vez más, y como sucede en estos casos, todos los cañones apuntaron al estado en el que se encontraban estos alimentos.

El fallecido Héctor Marzola, de 47 años de edad, sufría problemas cardíacos y aparentemente esto fue el causal de su muerte. De hecho el parte médico, habló de una falla en el corazón del maipucino.

Cuando este tema erosionó, el ministerio de Salud se pronunció al respecto y hasta el subsecretario Oscar Sagas comentó que “el paciente tenía antecedentes de hipertensión arterial, obeso y diabetes, Por eso mismo fue internado en unidad coronaria donde le hicieron todos los estudios y posteriormente fallece”.

En toda esta mezcla de hechos polémicos, y que nos obligan a repensar el qué comemos, aparecen casos de robo de animales y faenas clandestinas, que a posterior suelen ser productos que adquirimos en carnicerías de negocios minoristas.

Sin más lejos, hace pocos días en San Rafael, detuvieron a una banda que mataba caballos y que transportaba la carne a una carnicería de la ciudad sureña.

En este caso, el trabajo policial se dio en una finca de calle Maza en Colonia Elena, en donde se llevaban adelante faenamientos clandestinos de caballos.

Hasta el lugar llegaron los policías, que afortunadamente pudieron detener la marcha de una camioneta Fiat Fiorino con tres hombres de edad, dos mayores y un menor.

La sorpresa fue descubierta cuando dieron con la carga: 11 cajones plásticos de color blanco con carne: “la cual por sus características podría ser de equinos”, sostuvieron agentes de la Policía Rural que trabajaron en el hecho.

El magistrado que intervino en la causa, ordenó que se allanara la finca de calle Maza, en donde también detectaron restos de cuatro equinos faenados recientemente; vísceras; cueros y huesos, además de diez caballos en pie que fueron trasladados al corral del Estado.

La historia no terminó ahí, ya que la fuerza sanrafaelina estuvo al frente de un segundo allanamiento, pero esta vez en una carnicería de calle Reconquista en el populoso barrio de Pueblo Diamante.

“Allí se secuestraron dos cajones con carne de similares características a la anterior que se encontraban en un freezer, en el patio trasero del local comercial”, manifestó un investigador que trabajó la novedad.

En este nuevo operativo alcanzaron a secuestrar cerca de 500 kilogramos que tenían como destino la mesa de familias mendocinas.

Efectivos de la Unidad Investigativa, personal de Veterinaria y Zoonosis de la comuna comandada por Emir Félix intervinieron en este caso.

Con todos estos datos debidamente chequeados, y que han ganado la calle, es cuando uno se pregunta: ¿Qué comemos cuando comemos?.

 

 

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