La llegada de la pandemia, hizo que la crisis económica se agravara en la Argentina, y si bien ha habido medidas para mitigar el impacto negativo, la reactivación aún es heterogénea, en un escenario en el que la pobreza y la caída del consumo se mantiene en niveles preocupantes.
Ya son más de 100.000 las muertes por coronavirus, y aunque las restricciones se flexibilizaron, el fuerte golpe sobre los indicadores económicos prevalece, lo cual demora la recuperación pretendida por la administración de Alberto Fernández.
El cierre de unos 90 mil comercios, la caída del consumo, la pérdida de poder adquisitivo, el avance de la inflación y el crecimiento de la pobreza configuran un crítico contexto que se intenta recomponer mientras avanza la vacunación.
Sectores como el automotriz y la construcción ya exponen buenos resultados, que dan empuje a la incipiente recuperación, que tardará en llegar a otros rubros, como el turismo, según informaron voceros del Gobierno y diversos especialistas a NA.
A nivel regional, la Argentina es uno de los países que más rápido alcanzó la recuperación en el sector industrial. Si se compara el primer cuatrimestre de 2021 frente al mismo período de 2019, la mejora superó el 5%, mientras que en Brasil llegó tan solo al 1,8%, y en Chile al 1,4%, según datos de Industriales Pymes Argentinos (IPA).
Comercio
El segmento comercial es uno de los más perjudicados por la pandemia, pero la situación no es igual para todas las zonas. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires la cantidad de locales inactivos en el bimestre mayo-junio de este año subió 86,2% con relación a febrero de 2020, de acuerdo con los últimos datos de la Cámara Argentina de Comercio.
Ante la ausencia de turistas y la puesta en marcha del teletrabajo, dentro de las avenidas más afectadas se encuentran Córdoba, Pueyrredón, Corrientes, Cabildo, Santa Fe y Rivadavia, así como también la peatonal Florida.
Los datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indican que desde la llegada de la pandemia en marzo de 2020 cerraron unos 90 mil locales comerciales en todo el país.
Pobreza
Con una canasta básica que aumenta a un ritmo sostenido, una familia tipo necesitó $64.445 en mayo último para no caer en la pobreza, al tiempo que en los últimos 12 meses tuvo un incremento que roza el 50%.
En medio del incremento en el precio de los alimentos y la consecuente caída de los ingresos en términos reales, las condiciones de vida de los trabajadores urbanos de la Argentina tuvieron en 2020 un marcado deterioro, al punto que el 27,4% del total estuvo debajo de la línea de pobreza y, por primera vez, más de la mitad se desempeñó en la informalidad, alertó la Universidad Católica Argentina (UCA).
Ante la aceleración en el costo de vida, el Gobierno dio luz verde para cerrar paritarias por encima del 40% -pese a que la meta de inflación original para 2021 ascendía a 29%-, anticipó a septiembre el incremento del Salario Mínimo Vital y Móvil pautado para febrero y confirmó que pagará un bono a jubilados.
A ello se suma la ampliación de los programas sociales como la Tarjeta Alimentar y la devolución de los consumos realizados con esa asistencia, entre otras iniciativas.
Consumo
El movimiento de las ventas sigue sin mostrar signos de recuperación ante la caída de poder adquisitivo que el Gobierno intenta revertir en la segunda mitad de 2021 luego de tres años consecutivos de pérdida frente a la inflación.
Las asociaciones de defensa del consumidor y las consultoras aseguran que ven cambios en el público a la hora de realizar compras, ya que se vuelcan a segundas y terceras marcas y optan por los artículos incluidos en el programa Precios Cuidados.
De hecho, la asociación Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO) aclaró que hay una “caída en el consumo de sectores populares, que hoy están por debajo de la línea de pobreza”, pero también en la denominada “clase media”.
Por su parte, el INDEC en su última estadística de consumo subrayó que las ventas en supermercados durante el primer cuatrimestre acumularon un retroceso de 2,6%.
Empleo
El trabajo registrado del sector privado experimentó en abril una suba del 0,7% respecto de marzo y alcanzó el sexto mes consecutivo de crecimiento, según cifras oficiales.
Si bien acumuló un incremento del 1,6% entre octubre de 2020 y abril de este año, todavía no se logró recuperar el mismo nivel que antes de la pandemia.
Ante la compleja actualidad en el mercado laboral, el Gobierno prorrogó hasta el 31 de agosto próximo los vencimientos de la prestaciones por desempleo que se produzcan entre el 1° de mayo y el 31 de julio y decidió extender la prohibición de efectuar despidos o suspender sin justa causa o falta o disminución de trabajo y fuerza mayor hasta el 31 de diciembre próximo.
En tanto, encuestas privadas aseguran que las intenciones de contratación son “cautelosas” y, según la consultora ManpowerGroup, ocho de cada 10 empleadores no espera realizar modificaciones en su dotación de personal.
El reporte remarcó que las expectativas de empleo se debilitan en dos de las cuatro categorías de tamaño de organización en comparación con el trimestre anterior, con una baja de siete puntos porcentuales para los microempleadores y de cuatro para los empleadores medianos.