Molino Cañuelas se presentó en concurso de acreedores con una deuda millonaria

La propietaria de las marcas 9 de oro y Pureza no logró alcanzar un acuerdo con un grupo de bancos privados.

La conocida empresa Molino Cañuelas, se presentó en concurso de acreedores “pese a los esfuerzos realizados en estos últimos años de negociaciones”, indicaron voceros de la principal productora de harina en el país.

La compañía informó que había alcanzado un consenso con “una relevante cantidad de las instituciones financieras involucradas, incluida la banca nacional y organismos multilaterales”, pero que “las acciones judiciales promovidas por una minoría de entidades financieras forzaron a la empresa a solicitar, conjuntamente con la firma Compañía Argentina de Granos S.A. (CAGSA), la apertura de su concurso preventivo de acreedores”.

Molino Cañuelas tendría una deuda cercana a los US$ 1.300 millones y según trascendió, las entidades financieras que no habrían querido acordar con la empresa son el HSBC, Galicia e Itaú.

Desde 2019, Aldo Navilli, el líder de la familia que controla a una de las mayores empresas fabricantes de alimentos del país, estaba al frente de diferentes gestiones.

Molino Cañuelas reveló que con esta decisión “busca proteger sus activos, los puestos de trabajo directos e indirectos de la empresa y los intereses de los propios acreedores, manteniendo su estructura productiva y asegurando su continuidad operativa en todas sus plantas y establecimientos industriales y comerciales”.

Aldo Navilli, presidente de la empresa Molino Cañuelas

La fabricante de harinas y panificados, que emplea a 3.000 personas, subrayó que, en la última década, realizó una gran cantidad de inversiones que en gran parte se cancelaba con una estrategia de capitalización de la compañía.

Sin embargo, “la alta volatilidad que se registraba en ese momento en las principales bolsas del mundo y la performance económica negativa de la Argentina, redundaron en una falta de interés de los mercados que obligó a la compañía a desistir del proceso”.

“Esto sumado a las sucesivas crisis económicas vividas por nuestro país, donde solo durante el 2018 el peso se desplomó más del 50% contra el dólar, obligaron a la empresa a postergar el pago de ciertos compromisos e iniciar un proceso privado de re-perfilamiento del total de su deuda financiera”, agregaron.

Molino Cañuelas contó que para concretar la reestructuración de los pasivos se creó un Comité de Acreedores, al que se sumaron  los principales acreedores financieros de ambas compañías, con el que en marzo de 2019 había alcanzado un principio de acuerdo.

“Sin embargo, la nueva turbulencia financiera registrada en el país en el mes de agosto de ese año, y la abrupta devaluación de la moneda local, sumado a la crisis mundial por el COVID en 2020 y las dificultades propias que esto generó en la Argentina provocaron un nuevo e inevitable cambio de escenario para todos los participantes de la restructuración, e incluso hizo que algunos bancos decidieran suspender su participación en dicho Comité, alejando la posibilidad de obtener un acuerdo definitivo”, especificaron en un comunicado.

Frente a ese panorama, la firma indicó que continuó trabajando durante 2020 y parte de este año para alcanzar un acuerdo, “que lamentablemente quedó frustrado por el efecto de medidas judiciales individuales”.

La compañía hizo saber que seguirán operando normalmente sus fábricas que confían en llegar a una negociación definitiva próximamente.

 

 

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