“Mamá, escúchame, tengo Covid”, la maniobra de un joven que intentó estafar a jubilada

Un joven fue procesado con prisión preventiva por haber intentado robarle a una jubilada de 89 años 33.000 dólares que tenía depositados en un banco, al hacerse pasar por su hijo con el ardid de que estaba contagiado de Covid y necesitaba comprar medicamentos, en el barrio porteño de Flores, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Mariano Benjamín Acuña (22), a quien el juez Osvaldo Bonanno, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 33, le imputó el delito de “estafa en concurso real con estafa en grado de tentativa” y le trabó un embargo por 900.000 pesos.

En el fallo de 15 páginas al que Télam tuvo acceso, el magistrado determinó que el hecho ocurrió el viernes último, alrededor de las 12.30, cuando el acusado le sustrajo 3.000 dólares estadounidenses e intentó perjudicarla patrimonialmente por la suma de otros 30.000.

“Hola mamá, soy tu hijo, escúchame, tengo Covid, me siento muy mal, tengo fiebre, necesito dinero y quería comentarte, además, hay un riesgo con el dinero que tenemos en el banco. En un rato va a ir un amigo a buscar el dinero, te pido que me informes los números de serie del billete…”, fue lo que le dijo la persona que llamó a la mujer.

Ante esa situación, la víctima tomó 3.000 mil dólares, los colocó en un sobre y le solicitó a su cuidadora que bajara y le hiciera entrega al supuesto amigo de su hijo el sobre con el dinero.

Seguidamente, continuando con la comunicación telefónica, la damnificada le indicó al sujeto “ya le hice entrega del dinero a tu amigo ¿Qué hacemos con el dinero que hay en la caja de seguridad?”, a lo cual el estafador le indicó “mamá tenés razón, ahora va a pasar mi amigo para llevarte al banco, pásame tu número de celular”.

La mujer bajó de su departamento y en un auto Ford Ka bordó lo estaba esperando un joven con el que se dirigió a la sucursal del Banco Francés ubicada en avenida Rivadavia al 6400 del barrio de Flores.

De acuerdo al fallo, la jubilada retiró 30.000 dólares de la caja de seguridad pero su hijo, que había estado intentando llamarla sin éxito, fue a la casa de su madre, tras lo cual la cuidadora le contó lo que había pasado.

El hombre concurrió a la entidad bancaria tras llamar al 911 y junto a los policías vieron en la puerta de la sucursal al auto Ford Ka que comenzó a escapar a toda velocidad por avenida Rivadavia y que tomó la calle Lautaro.

La persecución continuó hasta Membrillar y Bonifacio, donde el rodado chocó con un auto estacionado, dio marcha atrás y colisionó contra el móvil, por lo que Acuña fue detenido allí.

Para el magistrado, “dicho accionar constituyó un modo de ardid o engaño, que hizo incurrir a Cruz en un error por el cual resultó perjudicada por la suma de tres mil dólares, toda vez que el dinero no pudo ser habido, encontrándose así el primer hecho consumado”.

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