Desde 2010 que la inflación en Argentina es superior al 20%, ello indica una década entera de aumentos sostenidos y, cuando el incremento de los haberes queda por debajo de la inflación, es el trabajador el que pierde poder adquisitivo y puede comprar menos bienes y servicios.
En promedio, el salario en 2018 perdió un 10% y en 2019 otro 10% con una inflación con cifras record: 47,6% y 53,8% respectivamente. En ese sentido, ninguna empresa pudo acomodar sus números para igualar los ajustes salariales a la inflación.
Pero no solo la inflación afecto el bolsillo de los argentinos, sino que con las devaluaciones del dólar el valor real del salario volvió a perder.
Las restricciones impuestas por el Gobierno para girar divisas al exterior y el nivel de endeudamiento provocaron que el Riesgo País supere los 2 mil puntos haciendo que la volatilidad sea mayor.
Si bien en Argentina es “normal” que esto sucede, son cada vez más los que buscan trabajo en el exterior para poderse ir del país.
A todo esto se le sumó la pandemia y las medidas del Gobierno que han agregado incertidumbre. Por ejemplo la prohibición de despidos sin causa o con pretexto de fuerza mayor llevó a muchas empresas a estar en la cuerda floja.
En tgal sentido, aún no ha impactado la crisis en los salarios reales ya que, recién en estos momentos se empiezan a hacer los ajustes más importantes de los salarios, mientras que en países como Brasil, Chile, Perú y Colombia se redujeron entre un 5 y un 10%.
No obstante, una vez que la vida vuelva a la “normalidad” se espera que el ajuste de los precios sea significativo y los salarios obtendrán un incrementó que no alcanzará para cubrir la inflación del 2020.
Si se toman en cuenta los bonos de fin de año podrá verse una reducción de un componente variable, en consecuencia a la baja de os resultados de la mayoría de las empresas, exceptuando a las digitales que este año fueron superavitarias.
El 2021, cuando todos los países hayan reducido sustancialmente su PBI, la recuperación de la producción y la comercialización serán la tendencia, aunque las expectativas son mesuradas ya que la recuperación no igualará a la caída.