Tal cual sucederá con las escuelas primarias y secundarias de Mendoza, los colegios que dependen de la Universidad Nacional de Cuyo iniciarán las clases presenciales el 1 de marzo.
Desde la casa de altos estudios explicaron que los alumnos cursarán bajo un sistema mixto y teniendo en cuenta estrictos protocolos sanitarios.
También, comentaron que el dictado de clases será en “burbuja” y que los días de asistencia estarán divididos, con el objetivo de que no se crucen los diferentes grupos que asistan.
El regreso a las aulas será en base a lo anunciado a fin del año pasado por el rector de la UNCuyo, Daniel Pizzi, que detalló que se trataría de un regreso progresivo.
De esta forma, los alumnos tendrán un sistema alternado de clases virtuales y presenciales.
Sobre los protocolos, informaron que fueron elaborados a partir de lo solicitado por el Comité Epidemiológico de la UNCuyo. Sobre las famosas “burbujas”, añadieron que será por grupos de cursado, con ingresos, y egresos “escalonados”. Esto se adoptará también para los recreos.
Pretenden que los edificios escolares no tengan una ocupación de más del 50%,
La presencia de los escolares también será alternada en los diferentes días de la semana, con una permanencia reducida de aproximadamente tres horas.
Buscan que los docentes usen las clases virtuales para agregar saberes generales de cada materia, mientras que al momento de la presencialidad se podrá desarrollar saberes “transversales” por medio de distintas metodologías, para espacios como educación física y para las habituales prácticas que pueden darse en cada uno de los colegios de la universidad.
El regreso a la presencialidad se confirmó una vez conocida la resolución 2.100/20 ad referéndum del Consejo Superior de la Universidad, por medio del cual dieron a conocer que a partir del 17 de febrero, la prestigiosa casa de altos estudios comenzará con el proceso “parcial, gradual y progresivo” de retorno a los edificios escolares.
Por medio de esa normativa también quedó establecido que las Unidades Académicas y las escuelas, serán las encargadas de delinear los protocolos aprobados por el Comité Epidemiológico, apoyándose en sus características particulares y sus propias modalidades de cursado.
