Si bien el 2020 aparentemente fue un buen año para el sector del vino, las bodegas argentinas emitieron una señal de alerta al augurar que el 2021 será “otro año perdido” en el sector.
Es que manifiestan la pérdida de rentabilidad al mantener precios por debajo del costo de producción y una baja en las exportaciones a raíz del atraso del tipo de cambio.
El estudio fue realizado por el Centro de Estudios Económicos, y allí, Bodegas de Argentina, entidad que, como ya publicó MTN, agrupa a 250 bodegas de todo el territorio nacional, presentó un informe sobre la actividad del sector vitivinícola durante el primer trimestre de este corriente año.
En el paper, lo primero que se observa es que el 2020 no fue tan bueno en lo referente al mercado interno, asimismo se adelanta que la caída del mercado se profundizará durante el 2021.
“Durante todo 2020 la noticia fue el aumento de volumen de consumo en el mercado interno. La causa fundamental de este aumento es que se hizo a costa de una fuerte caída de precios y de facturación”, se desprende del documento.
“Aunque el aumento del volumen acumulado al mercado interno sigue superando a los del año anterior, ya los saltos son más bajos y es seguro que veremos cómo se acotan a medida que avance 2021 pues las condiciones de mercado no permitirán las estrategias que vimos en 2020”, añade.
En ese marco, el informe del Centro de Estudios Económicos estima que el crecimiento de los despachos de vino para consumo interno será de apenas el 3,2% en comparación con el 2020.
“Si las variables macroeconómicas se comportan como los pronósticos indican es probable que veamos una facturación cayendo a lo largo de 2021. La macroeconomía no ayuda al sector, las principales variables del entorno que afectan tanto la demanda como la oferta de vinos presentan malos pronósticos para 2021 y es muy probable que observemos un nuevo año perdido para la inversión y el crecimiento”, señala.
En el mismo sentido agrega que “los precios locales son los más bajos de los últimos años. La tendencia histórica de caída de precios en el mercado doméstico quita atractivo a este mercado”.
Las exportaciones tampoco estarán destinadas a salvar al sector: “Los ingresos de exportación fueron muy buenos luego de la devaluación de mediados de 2018. Sin embargo, desde mediados de 2020 comenzó un camino de atraso que parece que continuará durante 2021 como política antinflacionaria”, se remarca en el estudio.
Lo que consideran las bodegas es que un menor tipo de cambio les quita incentivos a la hora de exportar. En tal contexto rememoran que los tres últimos años hubo una mejora en el tipo de cambio que resultó vital en la revisión de las tendencias de exportación.
El paper estima que este año las exportaciones crecerán un 3%, pasando de 38,9 millones de cajas en 2020 a 40,1 millones en 2021.
“Se mantienen los aumentos de volumen de exportación aunque ahora de la mano de los vinos fraccionados. La exportación de vino a granel ha perdido la vitalidad del año anterior y la presión de oferta originada en la fuerte acumulación de existencias y un tipo de cambio muy elevado ya no están presentes”, se explica.
El valor total exportado se asentó alrededor de los 800 millones de dólares, “gracias a una leve caída de la exportación de vinos fraccionados y un aumento importante del granel”.
Sin embargo, nuevamente en este caso se ajustan los precios para no perder volumen de venta: “El mejor tipo de cambio ha permitido que se expandan las exportaciones de vino fraccionado al poder venderse en franjas de precios más bajos. El precio promedio actual se ubica por debajo del de 2012”.
“Todo indica que en 2021 como consecuencia de la prolongación de la pandemia y la delicada situación macroeconómica del país las variables que más influyen en el sector vitivinícola se deteriorarán. Los salarios continuarán su caída de tres años frente a niveles de inflación elevadísimos”, concluye.
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