Las cosas en la Universidad de Congreso parecen haberse ido de las manos. Si bien la inflación golpea a todos por igual, incluida la institución educativa, hay situaciones que no pueden pasarse por alto.
Por estas horas, mucho se habla respecto del malestar de los alumnos a raíz de los desmedidos aumentos en las cuotas de las distintas carreras que allí se cursan.
En medio de esta lucha que tiene enfrentados a los directivos y a los estudiantes, una valiente alumna de la carrera de Psicología rompió el silencio y eligió News Online para dar cuenta del calvario que diariamente se vive en la casa de altos estudios.
En cuanto a los aumentos de las cuotas, explicó que los incrementos son sumamente notorios, e inclusive en su carrera, Psicología, recientemente les notificaron una suba de 24.500 a 33.500 pesos por mes.
La joven llamada Rocío, y que prefirió no dar su apellido por temor a represalias, contó que “la mayoría de las carreras ya salen más de 30 mil pesos por mes”.
Sin embargo, sostuvo que esta situación podría revertirse. Durante el transcurso de la mañana de este martes, alumnos y autoridades tendrán una reunión para intentar llegar a un acuerdo y evitar los desmedidos aumentos.
Así y todo, la joven dijo que “si no nos dan una respuesta y las condiciones siguen igual, esta tarde haremos otro reclamo”.
Como se dijo anteriormente, los valores de las cuotas no es lo único que ha movilizado a los estudiantes.
“Lo principal es el tema del espacio físico”, dijo y contó que “hay dos proyectores para toda la facultad, son dos proyectores que andan mal”.
Luego, siguió enumerando: “No tenemos persianas, entonces no vemos un carajo lo que se proyecta”. Y para colmo de males, añadió: “Los parlantes son malísimos”.
A todo esto, se le agrega “los pupitres están rotos, son incómodos”. Como si fuera poco, se quejó de la falta de limpieza en los baños.
Igualmente, hizo una salvedad y no responsabilizó por esto a los empleados abocados a tal tarea. “Es muy poco el personal de limpieza que hay para esta cantidad de alumnos”.
Visiblemente molesta, reveló que diariamente “ponen un bidón de agua por piso, cuando en cada piso hay más de 200 alumnos. Es evidente que con un bidón no alcanza”.
“Siempre la pintan como que es la facultad más accesible y es pésima”, terminó diciendo la joven.