La inflación que soñó Guzmán quedó vieja muy temprano

Algunos especialistas consideraron que la inflación difícilmente baje del 3% mensual.

Durante el segundo mes del año, la inflación alcanzó el 3,6% (53% anualizado). Si bien se provocó una desaceleración con respecto al registro de diciembre de 2020 y enero de 2021 (había dado 4% en ambos meses), hay motivos que preocupación y mucho a las autoridades.

El 3,6% fue superior al promedio mensual de los últimos cuatro febreros (2,75%). La medición interanual dio 40,7% y, si bien cayó casi 10 puntos con respecto al mismo mes del año pasado, sigue dándose la tendencia alcista iniciada en noviembre de 2020.

“La inflación núcleo, que representa el componente estructural, marcó 4,1% (versus 3,9% en enero), o 62% anualizado. Resulta preocupante tanto la persistencia de la core, que hace 5 meses que da al menos 3,5% mensual, como el hecho de que esta medición se encuentra por encima del ritmo mensual general”, apuntó GMA Capital en su informe semanal. Otro dato que inquieta son los regulados, que continúan atrasándose. En febrero, según GMA Capital, los precios regulados se movieron solo 21% anual. Es inflación que se va reprimiendo y que, en algún momento, deberá liberarse.

“A pesar de que el Gobierno ancló el dólar oficial subió (2,9%), regulados (2,2%) y salarios 2%, la ‘inercia’ de los precios es consecuencia del desorden macro de 2020”, dijo Fernando Marull desde FMyA. Para el mes de marzo “mantenemos el escenario de 3,8% por educación (+25%), prepagas (3,5%), taxis (4,4%) y naftas (2,7%), compensado por una menor devaluación del dólar oficial”, continúo.

“La inflación difícilmente baje del 3% mensual. ¿Por qué? En parte por la estructura de financiamiento del déficit: 3% del PIB en financiamiento monetario, en línea con un primario de 4%, valida una inflación mensual de 3% y expectativas al 45% anual”, sostuvo el economista Damián Pierri en un hilo en Twitter.

“Argentina, a diferencia de muchos países de la región, tiene un mercado financiero (depósitos a PIB) y de capitales (capitalización bursátil) muy pequeño. Por lo tanto, no más de un punto del déficit primario se puede financiar con deuda interna ¿El resto? Con impuesto inflacionario o deuda externa. Las actuales condiciones financieras, el riesgo país, hacen inviable una emisión de deuda en moneda extranjera. El mercado descuenta financiamiento monetario por 3% del PIB, lo cual se compra con 3% de inflación mensual (45% anual). Dada la poca capacidad de emitir deuda interna, para bajar la inflación hay que: i) bajar el déficit primario y ii) conseguir apoyo (financiamiento) externo. Lamentable o afortunadamente, ambos van de la mano. Con estas condiciones, menos inflación es menos déficit”, agregó en declaraciones a El Economista.

El ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, dijo recientemente que el equilibrio fiscal “no es de derecha”.

Apoyó al residente, recordando el celo con el que Néstor Kirchner miraba de cerca las cuentas públicas.

La presión interna es notoria y, con elecciones a escasos meses, se verá si Guzmán tiene espaldas suficientes para contener la demanda de gasto público que, en un país como Argentina, tiende al infinito. El capítulo “tarifas”, que comienza a discutirse durante estos días, será clave y los cortocircuitos internos son más que evidentes.

El acuerdo con el FMI, que Guzmán quería para abril o mayo, ya está virtualmente postergado para después de las elecciones. El uso del ancla cambiaria (una tasa de devaluación debajo de la inflación) también fue otro pedido de la política que Guzmán tuvo que afrontar.

La otra pata de la estrategia es la coordinación de expectativas con privados, por medio de las mesas generales o sectoriales. Si bien el formato es aceptado, la eficacia es limitada en un contexto de inercia elevada y ausencia de anclas macroeconómicas.

Sin resultados prontos, se inclina la balanza interna hacia mayores controles y regulaciones que, más allá de algún efecto acotado en el corto plazo, complican la relación con los privados y ponen un techo bajo a las inversiones de las empresas.

Esperamos una nueva aceleración de la inflación en marzo ante datos de alta frecuencia de precios que muestran registros elevados en el inicio del mes, aunque parte de esto responde a incrementos pautados en comunicación y educación (categorías que en febrero presentaron las menores variaciones del índice)”, indicaron desde el Área de Research del Grupo SBS. “Hacia adelante, esperamos que la inflación núcleo se mantenga en torno al 4% mensual durante el primer semestre y proyectamos una inflación general de 52% en el año”, finalizaron.

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