Todas las personas tienen una actividad preferida y que las distingue de los demás, pero sin lugar a dudas, la historia de Mariana Gómez es difícilmente igualable.
Esta mendocina, oriunda del distrito sanrafaelino de Villa Atuel, dedicó su vida a un arte prácticamente desconocido: Reborn.
El Arte Reborn
Literalmente son reproducciones de criaturas recién nacidas tan parecidas que por momentos producen una sensación extraña; uno no sabe seguro si tierna o incómoda, o ambas cosas a la vez. Son muñecos hiperrealistas de plastisol, que copian suficientes cualidades de los bebés reales como para que la mente dude en algún momento de si respiran o no.
La historia de Mariana Gómez
Además de dedicar su vida a la docencia, a los 20 años comenzó a incursionar en esta técnica, que a ella le significan “un cable a tierra, una esperanza. Tan sólo amor”.
Y con cierta emoción en sus palabras, como si fuera algo nuevo para ella, expresa: “Una muñeca para mi es un sentimiento, un recuerdo, una obra de arte”.
La sanrafaelina explicó que solamente algunas están a la venta en su local ubicado en Villa Atuel: “Vendo online, las eligen y las llevó así”.
Además de muñecas, dijo que tiene muñecos de diferentes precios: “Tengo medianos, bebés reales en 4.000 pesos, y bebés grandes, de tamaño real, en 5.000 pesos”.
Reconocimientos
Mariana no es solamente conocida en el sur de la provincia, sino que también ha dado que hablar a nivel internacional producto de su perseverancia con sus bebés y muñecas.
A lo largo de la historia consiguió medallas de oro en diferentes competencias realizadas en Venezuela y Colombia, obtuvo el premio el Cóndor Mendocino, como así también fue reconocida por el Senado Mendocino, y se hizo del premio Howard The Best, pero ella dice que “el más importante reconocimiento, es el cariño y admiración de la gente. Eso es lo más importante”.
A medida que la charla avanza con este cronista, no deja de asombrarse por la reacción que ha percibido en las personas que la visitan con la intención de adquirir alguno de sus productos.
“A más de uno se le escapan las lágrimas pensando en las muñecas de su infancia o en la muñeca que le regaló su padre”, expresó.
Dedicar su vida al Arte Reborn no es algo en lo que pueda incursionarse de la noche a la mañana, y como muchas expresiones artísticas, requiere tiempo.
Gómez es madre de tres hijos varones y también es abuela: “Tengo cuatro nietos varones, ellos ya están acostumbrados a ver muñecos en casa, o que me vean peinándolos, lavando su ropa o pintándolos”.
Sabido es el tiempo que demandan los quehaceres domésticos, sin embargo la coleccionista señaló que “este proceso requiere de muchas horas de dedicación, trabajo y perseverancia, como así también de paciencia para que queden hiperrealistas”.
“Hay muy pocas personas en el país que realizan este tipo de arte”, destaca Mariana, también conocida por su labor docente en Villa Atuel.
Este perfeccionamiento constante la ha llevado a realizar a menudo técnicas como “moteado, lunares, venitas, rasguños, vacunas, entre otras”.
Esta es la historia de Mariana Gómez, una mendocina que como muchas otras, se las ingenia para sobrevivir despuntando el vicio de una particular y llamativa técnica.