Un informe elaborado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) reveló que la cepa Pinot Noir se encuentra presente en todos los países con producción vitivinícola, pero sobre todo en la Argentina.
Mendoza es la provincia que más superficie tiene de la variedad y cuenta con 1.468 ha (73,7%), seguida por dos provincias de la Patagonia: Neuquén, con 239 ha (12%) y Río Negro, con 127 ha (6,4%).
La cantidad de hectáreas con Pinot Noir aumentó 10,6% en el período 2010-2020 en todo el país; en Mendoza creció 12,7%; Neuquén, 6,5%; Río Negro, 5,8%; y en el resto del país, 2,6%.
Cabe recordar que en 2020 se registraron 1.993 hectáreas cultivadas con la variedad, una de las veinte con mayor superficie del país.
“Creemos haber encontrado en Sarmiento, Chubut, un lugar donde esta variedad llega a niveles extraordinarios; probablemente la variedad más desafiante para un hacedor de vinos es el Pinot Noir“, afirmó Juan Pablo Murgia, enólogo de Otronia, considerada la bodega argentina más austral.
En 2020, la producción total en el país de la variedad fue de 168.924 quintales, 18,2% más que en 2010; y se comercializaron 33.146 hl de vinos varietales puros y 1.297 hl de vinos de corte con otra variedad.
La venta al mercado interno de vinos con la cepa mostró en 2020 un incremento de 122,6% respecto a 2010 y de 75,5% en el último año. Por su parte, las ventas al exterior registraron así un aumento en el volumen exportado en los últimos dos años: En 2020 se exportó 6,7% más que en 2019.
El principal destino de los vinos varietales puros Pinot Noir en 2020 fue EEUU, seguido por Brasil, luego figuran Reino Unido, Canadá y Dinamarca; y, para los cortes, Alemania, EEUU, Canadá y Paraguay.
“El Pinot Noir es extremadamente delicada, con lo cual el punto de cosecha, con los procesos luego en la bodega, tienen que ser óptimos, muy precisos. Es una variedad que no permite errores en su elaboración”, explicó Matías Ciciani Soler, enólogo de Bodega Escorihuela Gascón, de Mendoza.