El turismo en Argentina no pasa por su mejor momento, y así lo reflejó la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) publicada por el INDEC recientemente.
En dicho informe, que comprende los datos de julio de 2024, se aprecia una caída interanual del 11,7% en la cantidad de viajeros hospedados. Este desplome, que se sintió con fuerza en Mendoza, no se veía desde 2021, cuando todavía el sector buscaba recuperarse del golpe de la pandemia.
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Ocupación hotelera: en julio de 2024 se hospedaron 1.666.327 viajeros; 11,7% menos interanual https://t.co/yUMLtj0zXP pic.twitter.com/ZG8mK1jZOW— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 20, 2024
La disminución también fue notoria en las pernoctaciones, otro indicador clave para medir la actividad turística. Al comparar con julio de 2023, hubo un desplome del 12,5%, con caídas tanto en viajeros residentes (-13,4%) como en no residentes (-8,9%). Los hoteles de lujo, como los de cuatro y cinco estrellas, fueron los más golpeados, con caídas del 17,1% en reservas, mientras que los de menor categoría tuvieron una baja del 5,5%.
A nivel nacional, la tasa de ocupación hotelera cayó a 45%, lo que refleja un brusco retroceso frente al 51,7% del año pasado. Esto se observó específicamente en provincias patagónicas, donde el turismo de residentes cayó un 17,8%, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires, la caída fue del 16%.
Entre los factores que incidieron en esta crisis en el turismo, aparece la apreciación cambiaria. El costo de vida en dólares en Argentina llevó a que los destinos locales pierdan competitividad frente a opciones más económicas en países vecinos como Chile, un destino sumamente interesante para los argentinos que pretenden escapar del alto costo interno.
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Las regiones turísticas más golpeadas, como Bariloche, Mendoza y Ushuaia, que suelen beneficiarse del turismo invernal, enfrentaron una temporada más floja de lo esperado. La estadía promedio en julio de 2024 fue de 2,5 noches, un 0,9% menos que el año anterior, afectando también la rentabilidad de las empresas locales.
El turismo internacional no logró recomponer la caída en la demanda interna. Aunque en algunas regiones, como Cuyo, los indicadores fueron un poco mejores, en el Litoral y el Norte del país se registraron disminuciones superiores al 20% en las pernoctaciones de turistas extranjeros. La situación es preocupante para el sector hotelero de alta gama, que notó una contracción mucho más pronunciada.
Además, el contexto económico adverso afectó directamente a las pequeñas y medianas empresas que dependen del turismo, como restaurantes, comercios y operadores turísticos. Estos sectores sufrieron una fuerte caída en sus ingresos durante julio, a raíz del encarecimiento de los costos de transporte y alojamiento, sumado a la incertidumbre generalizada que lleva a muchas familias a postergar o cancelar sus planes de vacaciones.
Los operadores turísticos también están contra las cuerdas por la falta de turistas nacionales y la competencia regional. Mientras tanto, las estrategias de reactivación parecen limitadas frente a un escenario económico tan complejo. Sin embargo, desde el sector buscan opciones para seducir tanto a turistas locales como internacionales, en un intento de recuperar terreno en los próximos meses.
Uno de los desafíos será mejorar la competitividad de los destinos argentinos, sobre todo en un momento donde los viajes al exterior se vuelven más accesibles para los locales que buscan precios más accesibles. Esto exige políticas económicas que favorezcan la estabilidad y promuevan la inversión en el sector turístico.