Una mayor cosecha vitícola incrementaría la oferta de uvas y vinos en el mercado interno, con una caída en los precios y los ingresos de las bodegas, compensada parcialmente por una eventual recuperación de las exportaciones, señaló un informe de coyuntura del Ieral de la Fundación Mediterránea.
“Aunque todavía no hay pronósticos oficiales, se espera una mayor cosecha, en un contexto de stocks vínicos que no están bajos, lo cual es señal de mayor oferta de vinos“, explicó el trabajo de la regional Cuyo.
De esta forma, agregó el instituto de investigación de la Fundación Mediterránea, “es posible que, en el mercado interno, los precios de los vinos aumenten por debajo de la inflación, y lo mismo ocurra con las uvas”.
“En cambio, es posible que haya una recuperación de las cantidades exportadas de vinos (aumentando los graneles en mayor proporción) y de mostos; o sea, un contexto diferente al observado durante 2023“, añadió.
Por esto, concluyó el informe, “una buena cosecha sea una mala señal para los productores” porque una buena parte de los vinos que se elaboran con esas uvas se destinan al mercado interno; y una mayor oferta se traduce en precios más bajos.
A eso se agrega que hay costos de insumos y materiales que son importados, y cuyos precios se han incrementado de forma significativa, lo que complica más a los que venden en el mercado interno, mientras que los exportadores los podrían más que compensar con un dólar más caro que percibirán por sus ventas, acotó el trabajo.
Para hacer más competitivo al sector, será relevante incrementar su productividad (se requerirán más inversiones) y reducir los costos (impuestos, trámites y otros), arriesgó el informe.
El contexto macroeconómico es muy relevante (baja inflación, que haya crédito), y también se necesitará que las políticas económicas provinciales contribuyan a reducir aquellos costos, completó.